Dame tu mano...
Te invito caminar el resto de la vida.
Tus sueños y mis sueños uno solo,
tus pasos paralelos a los míos.

Despuntaremos amaneceres piel a piel
acariciando un futuro de esperanzas.
Y sumándole placeres a las horas
navegaremos un río caudaloso de pasiones
sobre un lecho de confianza.

Surcaremos el cielo de miradas
en pos de un arco iris que avive
el matíz gris de cualquier día.
Eternamente y enteramente juntos
de frente a la experiencia de los años
y dándole la espalda a la rutina.


Zurciremos con hilos de ternura
todos los ahnelos que rasgó el destino.
Olvidaremos el pasado discontínuo
y seremos finalmente vos y yo
sin dimisión alguna.

Dame tu mano...
aférrala con fuerza a la mía,
que el calor de ambas se fusione
e impetuosamente nos penetre el alma,
que es desde donde te propongo
comenzar a caminar el resto de la vida.