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ENSAYO... sobre Educación
Laura Erika Iturrieta López

“ Humanidad.

¿Qué es lo que constituye la calidad de lo humano?
el uso del lenguaje.
¿Qué es lo que hace que un hombre sea un hombre?
Nada más que su sexo.
Pero... ¿qué es lo que hace que un hombre sea un ser humano?
Su sensualidad y ternura en clara conciencia de su interconexiones terrenales al danzar la recurrente danza del comer, jugar y besar.
Y... ¿qué es lo que hace que una mujer sea una mujer?
Lo mismo a través de su propia sexualidad.
Pero... ¿qué es lo que hace de ella un ser humano?
Su ternura y sensualidad en clara conciencia de su interconexión terrenal al danzar ella la recurrente danza del comer, jugar y besar.
¿Cuál es entonces la diferencia?
Ninguna y todo, puesto que la mujer está siempre consciente de ser en su humanidad una fuente cósmica salida de la nada, en tanto que el hombre tiene que aprender esto de nuevo cuando es seducido y encadenado por el deleite del razonamiento lineal que la mujer ha sabido siempre que es un capullo transitorio de invierno.
Y la novedad, ¿qué es la novedad en todo esto?
Un vuelco inesperado en una siempre recurrente danza que danza.
¡Vacía parece ser la vida humana!
Sí... o rica en la plenitud de un presente siempre cambiante del comer, jugar y besar”


Con este poema escrito por Humberto Maturana Romesín para un libro llamado “El origen de lo Humano” en 1996, comienzo mi ensayo que tiene que ver con: Educación, Cultura y Amor, éste último como emoción que funda lo social. Es una invitación a reflexionar sobre la clase de mundo en el que queremos vivir, tomando para ello, los pensamientos expuestos por este Biólogo, doctor y profesor chileno, actual, en sus distintas exposiciones y creaciones.


Introducción

Nosotros los humanos creamos el mundo en que vivimos en el cotidiano vivir, en una red de procesos que solo existe a medida que esos procesos se producen, por tanto, es debido a esto que en el vivir de los sistemas vivientes aquello que no es vivido no existe. Así, los padres escogemos conscientes o inconscientemente cómo educar a nuestros niños, y los educadores determinan el proceso a través del cual los niños que educan van a llegar a ser co-creadores a través de su vivir juntos del mundo que van a vivir; por lo tanto, tanto los padres como los educadores escogemos educar en la biología del amor, escogemos vivir y para nuestros niños un mundo centrado en la emocionalidad de la ética y no de la moral.
Pero ¿cómo construir un mundo basado en el amor, si culturalmente hemos sido ciegos ante las emociones?. En efecto, nuestra cultural patriarcal desvaloriza las emociones a favor de la razón y la racionalidad. Se valoriza la razón y la racionalidad como rasgos básicos de la existencia humana, lo que es positivo, pero devaluar las emociones que también son rasgos básicos de la existencia humana, ¿no lo es?; debido a esta ceguera hemos sido incapaces también de ver que el amor, como la emoción que funda lo social, participa de la generación de la conciencia individual, social y de mundo.
Nuestra vida humana como toda vida animal, es vivida en el fluir de las emociones, como base de nuestras acciones; y los miembros de distinta cultura, viven, se mueven, y actúan también de distinta manera, llevados por configuraciones diferentes en su emocionar que determinan en ellos distintos modos de ver y no ver, distintos significados en lo que hacen y en lo que no hacen, distintos contenidos en sus simbolizaciones y distintos cursos en su pensar, como distintos modos de vivir y por eso mismo, los distintos modos de emocionar de las distintas culturas, hace las distintos modos de vida diferentes.
Así, si atendemos a los fundamentos emocionales de nuestra cultura, cualquiera que sea ésta, podremos entender mejor lo que hacemos y lo que no hacemos como miembros de ella y tal vez al darnos cuenta de los fundamentos emocionales de nuestro ser cultural, podremos también dejar que nuestro entendimiento y nuestro darnos cuenta influencien nuestras acciones al cambiar nuestro emocionar con respecto a nuestro ser cultural.
Debido a nuestro origen evolutivo, los seres humanos somos, en tanto animales, animales dependientes del amor, que se enferman de ser privados de él en cualquier edad, y que como seres humanos, somos seres culturales que podemos vivir en cualquier cultura que no niegue totalmente en su desarrollo inicial una relación madre-hijo de intimo contacto corporal en mutua confianza total.
Para poder cambiar nuestra cultura y formar juntos el Chile que deseamos los chilenos, y lograr esas aspiraciones colectivas establecidas en el PNUD 2000, con una sociedad mas igualitaria, con fortalecimiento de lo común, con una integración con diversidad y una vida cotidiana con rostro mas humano; es necesaria la reflexión y para ello hay que detenerse en la CULTURA, comprender la importancia que ella tiene, donde surge la DEMOCRACIA, también como espacio de reflexión, como forma de construir nuestro diario vivir; el que se forma solo por deseos, por las EMOCIONES, en particular el amor, como fundamento de lo social y, la gran importancia de la EDUCACION, como dinámica de llegar a ser humano, como persona responsable, social y ecológicamente consciente que se respeta a si mismo y al otro.

CULTURA
Qué es cultura? . Desde el punto de vista antropológico, cultura es “el conjunto de elementos materiales e inmateriales, lengua, ciencias, técnica, costumbres, tradiciones, valores y modelos de comportamiento, etc., que, socialmente transmitidos y asimilados, caracterizan a un determinado grupo humano con respecto a los otros.
Para el Dr. Humberto Maturana, la cultura, es “una red cerrada de conversaciones que constituyen y define una manera de convivir humano como una red de coordinaciones y emociones y acciones que se realizar como una configuración particular de entrelazamiento del actuar y el emocionar de la gente que vive esa cultura”. Como tal, agrega, una cultura es “constitutivamente un sistema conservador cerrado, que genera a sus miembros en la medida en que éstos la realizan a través de su participación en las conversaciones que la constituyen y definen”2.
Así diferentes culturas son distintas redes cerradas de conversaciones que realizan otras tantas maneras distintas de vivir humano como distintas configuraciones de entrelazamientos del lenguajear y el emocionar.
Por tanto, un cambio cultural importa un cambio en las configuraciones del actuar y el emocionar de los miembros de una cultura. Pertenecer a una cultura es una condición operacional y no una condición constitutiva o propiedad intrínseca de los seres humanos que la realizan, y por tanto cualquier ser humano puede pertenecer a diferentes culturas en diferentes momentos de su vivir, según las conversaciones en las que él o ella participe en los distintos momentos.

Cambio Cultural.
Entendiendo una cultura como una red cerrada de conversaciones, una cultura surge tan pronto como en una comunidad humana comienza a conservarse una red particular de conversaciones como la manera de vivir de esa comunidad y que se transmite generación tras generación; por lo tanto, para entender el cambio cultural, debemos ser capaces de dos cosas: primero, de caracterizar a la red cerrada de conversaciones que como práctica cotidiana de coordinaciones de acciones y emociones entre los miembros de una comunidad particular constituyen la cultura que esa comunidad vive, y segundo, reconocer las condiciones de cambio emocional bajo las cuales las coordinaciones de acciones de una comunidad pueden cambiar de modo que surga en ella una nueva cultura.

Cultura Matrística y Cultura patriarcal
La base de la humanidad ha surgido y sigue su curso determinado por las emociones, en particular por los deseos y preferencias. En efecto, son nuestros deseos y preferencias lo que determinan lo que hacemos o no hacemos y no la disponibilidad de los recursos naturales o económicos que son las condiciones del mundo cuya existencia seria independiente de nuestro hacer. Así nuestros deseos y preferencias surgen en nosotros en cada instante en nuestra cultura, determinando nuestras acciones; en general, siempre hacemos lo que queremos, aunque parezca lo contrario, siempre hacemos lo que queremos sea directamente porque nos gusta hacerlo, o, indirectamente porque queremos las consecuencias de nuestras acciones aunque estas no nos gusten. Y si no logramos comprender esto, no podremos comprender nuestro ser cultural, porque al no comprender que nuestras emociones constituyen y guían nuestras acciones en nuestro vivir, no podremos entender la participación de nuestras emociones en lo que hacemos como miembros de una cultura, ni menos aun entender el curso de la humanidad.
Así nuestra forma de vivir patriarcal europea surgió en el encuentro de las culturas patriarcales pastoril y matrística prepatriacal europea, como resultado de un proceso de dominación patriarcal directamente orientado a la completa destrucción de todo lo matristico mediante acciones que pueden haber sido moderadas solo por la biología del amor. De hecho, si nos imagináramos como puede haber ocurrido esto, todo lo que tendríamos que hacer es leer la historia mas reciente de la invasión de la Palestina, fundamentalmente matrística, por los Hebreos patriarcales tal como esta relatado en la Biblia.
Para detalle de paralelo entre las conversaciones definitorias de: la cultura básica en la cual los seres humanos modernos occidentales estamos inmersos, la cultura patriarcal europea y, de la cultura de la cual hay antecedentes que existió, la precedió en Europa y que llaman cultura matrística, ver anexo 1 al final del documento.
Actualmente nuestra cultura patriarcal europea se puede caracterizar en las siguientes afirmaciones:
1. Nuestra vida presente como pueblo patriarcal europeo, con todas sus exigencias de trabajo, de éxito, de producción y de eficacia, interfiere con el establecimiento de una relación madre-hijo normal, y por lo tanto, con el desarrollo fisiológico y psíquico normal del niño o niña como un ser humano autoconsciente, con autorrespeto y con respeto social.
2. el desarrollo fisiológico y psíquico inadecuado del niño o niña que crece en nuestra cultura patriarcal, se muestra en que desarrolla dificultades para establecer relaciones sociales permanentes (amor), o en la perdida de la confianza en si mismo, o en la perdida del autorrespeto, o en la perdida del respeto por el otro, así como el desarrollo de diferentes clases de dificultades psicosomaticas en general.
3. la interferencia con el libre juego madre-hijo en total confianza y en total aceptación que trae consigo la destrucción de la relación materno infantil matrística, da lugar a una dificultad fundamental en el niño o niña que crece, y eventualmente en el adulto, para vivir la confianza y el confort de la mutua aceptación y respeto que constituye la vida social como un proceso mantenido. El niño o niña y el adulto permanecen en una búsqueda sin fin de una relación de mutua aceptación que ellos no han aprendido ni a reconocer, ni a vivir, ni a conservar, cuando les ocurre. Como resultado de esto, el niño o niña y el adulto siguen fracasando continuamente en sus relaciones en la dinámica patriarcal de las exigencias y la búsqueda del control mutuo que niega precisamente el mutuo respeto y la aceptación que ellos desean.
4. las relaciones de convivencia masculina–femenina, son vividas como si existiera una oposición intrínseca entre el hombre y la mujer que se hace evidente en sus diferentes valores, intereses y deseos, mientras las mujeres son vistas como fuentes de perversidad y los hombres son vistos como fuentes de virtud.
El conflicto básico de nuestra cultura europea patriarcal no es un conflicto competitivo del niño con el padre por el amor de la madre tal como la noción del Complejo de Edipo nos lleva a creer, ni la desarmonía intrínseca entre lo femenino y lo masculino supuesta en él y en las terapias que nos invitan a armonizar nuestro masculino y nuestro femenino. La rabia del niño contra el padre connotada en la noción del Complejo de Edipo, es reactiva a su observación de las múltiples agresiones que su padre realiza contra su madre. El niño crece con esta rabia, negándola debido a que también es enseñado a amar al padre como la fuente de todo lo bueno, aunque cuando encuentre en su vida diaria que es tanto en el dominio practico como en el dominio emocional de la patriarcalidad paterna donde esta el origen de la continua negación de los fundamentos matristicos de su condición humana como un ser social bien integrado.
Al mismo tiempo, la oposición entre el hombre y la mujer que vivimos en nuestra cultura, es el resultado entre lo patriarcal y lo matristico que el niño comienza a vivir en su edad temprana.
Las mujeres mantienen una tradición matrística fundamental en su relaciones mutuas y en sus relaciones con sus hijos. El respeto y aceptación mutuos en el respeto por si mismo, la preocupación por el bienestar del otro y el apoyo mutuo, la colaboración y el compartir, son las acciones que guían fundamentalmente sus relaciones; pero aun así, los niños, hombres y mujeres, deben hacerse patriarcales en su vida adulta, cada uno según su genero: los niños deben hacerse competitivos y autoritarios, en tanto que las niñas deben hacerse serviciales y sumisas. Los niños viven una vida de continuas exigencias que niegan la aceptación y respeto por el otro propios de su infancia; las niñas viven una vida que continuamente las presiona para que se sumerjan en la sumisión que niegan el autorrespeto y dignidad personal que adquirieron en su infancia. La adolescencia y sus conflictos corresponde a esta transición. Los conflictos de la adolescencia no son un aspecto propio de la psicología del crecimiento, sino que surgen en el niño o niña que enfrenta todo el vivir que aprendió a querer y desear en la relación materno infantil y en las relaciones matrística de la infancia, y que tiene que ver con los fundamentos de su biología. Esta rebeldía de la adolescencia expresa el enojo, frustración y asco del niño o niña que tiene que aceptar y hacer suyo un modo de vida que ve como mentiroso e hipócrita. Este es el escenario en que vivimos nuestra vida adulta en la cultura patriarcal europea y donde nos encontramos como hombres y mujeres, como hombres y hombres, como mujeres y mujeres y donde la mayor parte del tiempo vivimos nuestra convivencia como un forcejeo continuo por la determinación del otro; una participación inocente en el flujo de las conversaciones de lucha y guerra en que nos sumergimos al nacer; conversaciones de lucha entre el bien y el mal, entre el hombre y la mujer, entre la razón y la emoción, entre deseos contradictorios, entre la materia y el espíritu, entre valores, entre la humanidad y la naturaleza, entre ambición y responsabilidad, entre apariencia y esencia. Sin embargo este conflicto que nos atrapa cuando nacemos y al crecer como niños de esta cultura, es también nuestra posibilidad para entrar en la reflexión y salir de la trampa de la continua lucha en que hemos caído con el patriarcado. El patriarcado surgió como un cambio en la configuración de deseos y que definían nuestro modo de coexistencia en el medio de un vivir matristico y solo un nuevo cambio en esta configuración de nuestros deseos en nuestra coexistencia puede llevarnos a un cambio que nos saque del patriarcado. Y este cambio podrá pasarnos ahora solo si queremos que nos pase, solo por un deseo.

Ceguera cultural.
Actualmente, los seres humanos modernos en el mundo occidental vivimos una cultura que desvaloriza las emociones a favor de la razón y la racionalidad. Como consecuencia de esto, nos hemos vuelto culturalmente ciegos a los fundamentos biológicos de la condición humana. Las emociones son disposiciones corporales dinámicas que especifican en cada instante el dominio de las acciones en que un animal opera en ese instante, lo que se manifiesta en el hecho de que en la vida cotidiana distinguimos diferentes emociones en los seres humanos y en otros animales distinguiendo los diferentes dominios de acciones en que ellos se mueven. Debido a la ceguera ante las emociones que nuestra cultura genera en nosotros, en el mundo occidental hemos sido generalmente incapaces de ver como nuestras emociones, nuestra fisiología y nuestra anatomía, necesariamente se entrelazan como un aspecto normal y espontaneo de nuestra ontogenia (historia de vida individual), desde nuestra concepción hasta nuestra muerte. Además debido a esta ceguera cultural hemos sido particularmente incapaces para ver que el amor, como la emoción que especifica el domino de las conductas que constituyen al otro como un legitimo otro en coexistencia con uno, es la emoción que funda y constituye el dominio social como el dominio conductual en el que los animales en convivencia cercana viven en mutua aceptación. Es también debido a esta ceguera cultura que hemos sido incapaces de ver que el amor participa en la generación de la conciencia individual, social y de mundo, en el niño en crecimiento en la medida en que este amplia su conciencia corporal al crecer en una relación de aceptación mutua total con su madre. Mas aun, es también debido a esta ceguera cultura, que nosotros, adultos occidentales, hemos sido incapaces de ver que un niño o niña normalmente aprende a vivir el lenguaje como un domino consensual de coordinaciones conductuales de coordinaciones conductuales, al crecer en la total aceptación corporal que el amor involucra en sus interacciones con su madre. Finalmente, debido a esta misma ceguera, tampoco hemos sido capaces de ver que el amor es la emoción que constituye el dominio de acciones en el que el compartir alimentos, las interacciones recurrentes en una convivencia en sensualidad y ternura, así como en la colaboración del macho en el cuidado de los niños, pudo tener lugar de vivir que a través de su conservación en el linaje de primates a que pertenecemos, hizo posible las coordinaciones conductuales consensuales recurrentes que dieron origen al lenguaje. De hecho, si dejamos de desvalorizar a las emociones podemos ver que el amor hizo de nosotros la clase de animales que somos y también podemos ver que al mismo tiempo que el amor nos hizo humanos, nos hizo seres fisiológicamente dependientes de él, y susceptibles a que su perdida altere nuestro bienestar psíquico y somático. Como consecuencia de esto, la mayor parte de nuestras enfermedades tanto psíquicas como somáticas, surgen en nosotros como resultado de distintas interferencias con nuestra biología en el dominio del amor en distintos momentos de nuestra vida.

LA DEMOCRACIA.
Según la encilopedia Salvat, a define como un sistema político basado en el reconocimiento del principio de que toda autoridad emana del pueblo y que se caracteriza por la participación de este en la administración del Estado: garantiza las libertades básicas del individuo (expresión, reunión, asociación), así como la libre elección para los cargos de gobierno y el control popular de la gestión gubernativa.
De acuerdo a este ensayo, democracia es un modo de convivencia en el que todos los asuntos de la comunidad son públicos, esto es, están al alcance para la mirada, la reflexión y la acción, de todos los ciudadanos. Como sistema político, la democracia es un sistema en el que las responsabilidades administrativas del país se asignan de manera temporal para evitar la apropiación de los asuntos de la comunidad por ningún individuo o grupo de individuos. Como se dijo antes, las culturas son sistemas conservadores y alguien pertenece a una cultura, ya sea al nacer en ella o al incorporarse a ella como joven o adulto. El cambio cultural en general no es fácil, y sobre todo, en nuestra cultura patriarcal que es constitutivamente un dominio de conversaciones que genera y justifica en forma explica acciones destructivas contra aquellos que directa o indirectamente la niegan con su conducta. En relación a esta dinámica conservadora del patriarcado, el origen de la democracia constituye un caso peculiar de cambio cultural, ya que surge en el medio de éste como una ruptura súbita de las conversaciones de jerarquía, autoridad y dominación, que lo definen.
Hoy en día, vivimos un momento en la historia de la humanidad en el cual, de una manera u otra, muchas naciones, entre las cuales también figura Chile, han declarado a la democracia como su forma preferida de gobierno. Sin embargo la practica actual de la democracia permanece hoy en muchas naciones como un mero deseo literario, o solo parcialmente realizada, debida a su negación directa o indirecta a través de una larga historia política de conversaciones recurrentes de apropiación, jerarquía, dominación, guerra y control.
Sin embargo en este conflicto se encuentra también la posibilidad de salir de él mediante la reflexión en un proceso que puede llevarnos a una comprensión que de otro modo no seriamos capaces de tener, esto es, tanto a la comprensión del origen de nuestros deseos por la democracia, como a la comprensión del origen de nuestros deseos de ecuanimidad y justicia. Sabemos o conocemos de participación, de ecuanimidad, y de cooperación, a través de nuestra infancia matrística y que deseamos el vivir en democracia cuando queremos recuperar la tendencia de nuestra infancia matrística.; así queremos democracia cuando queremos recuperar la dignidad, el autorrespeto y el respeto por los otros y que queremos recobrar esto solamente en la medida en que lo hemos vivido en nuestra infancia.

EDUCACION.
La educación es un proceso en el que tanto estudiantes como maestros cambian juntos en forma congruente en tanto permanecen en interacciones recurrentes, de modo que los estudiantes aprenden a vivir con sus maestros en cualquier dominio de vida donde estos últimos los encaminen. Desde este punto de vista, la tarea principal de la educación es prestar atención, fomentar y guiar a los niños en su crecimiento como seres humanos responsables, social y ecológicamente conscientes de que se respeten a si mismos.
El propósito de la educación es guiar a nuestros niños y niñas en el camino de llegar a ser seres humanos que se respetan a si mismos y a otros a través de la generación continua de un espacio de coexistencia que origina colaboración, alegría y responsable libertad. Para ello, la base conceptual que se propone, es la biología del amor.
En el origen de la humanidad y en las tempranas culturas, no había educación como una actividad especial en la vida de los niños que crecían dentro de una comunidad. Los niños aprendían todas las practicas y dimensiones relacionales de su vida como miembros de la comunidad humana a la cual pertenecían, viviendo todas sus dimensiones en su vida diaria. Esto ya no sucede, en nuestra cultura los niños viven principalmente separados de la comunidad a la cual se supone que pertenecen, pasando la mayor parte de su tiempo en una escuela, un jardín infantil o en un lugar especial para niños pequeños, justo en el periodo de sus vidas en que se supone debieran estar creciendo como seres humanos bien integrados, socialmente conscientes y ecológicamente alertas al participar en la vida de la comunidad, estado que se justifica en nuestros tiempos desde distintas perspectivas, siendo una de ellas la cognición que asocian al conocimiento con la información que ven a la tarea de la educación como una adquisición de conocimientos, lo que no deja de tener razón. Pero, la Educación es un proceso de transformación de vida conjunta con una orientación definida por la manera de vivir de esa persona que actúa como padre, madre o maestro. En este proceso, el niño se transforma en un tipo de ser humano u otro según el curso del entrelazarse de las emociones y actuaciones vividas por el o ella en sus acciones recurrentes y recursivas con sus padres y maestros. es decir, la educación tiene que ver con el alma, la mente, el espíritu, con el espacio relacional o psíquico que vivimos y que deseamos que vivan nuestros niños.

LAS EMOCIONES
Como seres humanos, estamos determinados por nuestra estructura y existimos en tanto existe el lenguaje, pero también existimos en el flujo de las emociones. Al distinguir emociones en la vida diaria distinguimos diferentes dominios o tipos de conductas relacionales, y al fluir de una emoción a otra cambiamos dominios de conductas relacionales. En términos de lo que sucede en el organismo, se puede decir que cuando se distingue una emoción en un sistema viviente, connotamos en ella una dinámica corporal, que especifica lo que puede y no puede hacer en cualquier momento en sus conductas relacionales. En verdad, las emociones pueden ser caracterizadas plenamente describiendo las conductas relaciones que implican como modos de relacionar. Así nos movemos entre tres emociones básicas: el Amor, la Agresión y la Indiferencia.
Vivimos un presente cultural en que la palabra amor aparece empleada con frecuencia en muchas áreas diferentes de la reflexión y del hacer. Así podemos hablar de amor desde la perspectiva de la religión, filosofía o vida diaria. Además con frecuencia hablamos como si estos fuesen muchos tipos diferentes de amor, cada uno en el dominio relacional en el que ocurren. En fin, pero el tema que nos ocupa es la educación, es decir, la relación entre maestros y estudiantes, los maestros y estudiantes mismos y lo que uno puede desear que suceda en la relación entre maestros y estudiantes en el proceso de educación, el amor es el fundamento que torna posible lo que deseamos hacer.

La Biología del amor.
Nosotros, los seres humanos, somos seres biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva. Esto significa dos cosas: la primera es que el amor ha sido la emoción central conservada en la historia evolutiva que nos dio origen desde unos cinco a seis millones de años atrás; y la segunda es que enfermamos cuando se nos priva de amor como emoción fundamental en la cual transcurre nuestra existencia relacional con otros y con nosotros mismos. Como tal, la biología del amor es central para la conservación de nuestra existencia e identidad humanas.

La educación y la biología del amor.
Educar en la biología del amor es básicamente sencillo, tan solo tenemos que ser en la biología del amor. Tenemos que ser con los niños bajo nuestro cuidado en educación tal cual somos con nuestros amigos, aceptándolos en su legitimidad, incluso si no estamos de acuerdo con ellos. Todo lo que nuestros amigos hacen es legitimar, incluso cuando objetamos sus acciones o tenemos serias discrepancias con ellos al respecto. En la amistad, las discrepancias o desacuerdos son oportunidades para reflexionar en conversaciones en expansión, no ocasiones para mutua negación. A eso se debe que podamos hablar acerca de todo con nuestros amigos. En las amistades no hay demandas, y cuando aparece una, la amistad se termina. Finalmente hay total confianza mutua y apertura para la colaboración en la amistad porque estamos con nuestros amigos y hacemos cosas con ellos por placer, no por obligación. Amistad es una palabra en nuestra cultura que la mayor parte del tiempo, sin que nos demos cuenta de ello, connota la biología del amor. La educación en la biología del amor ocurre en la diaria coexistencia de padres o profesores y niños cuando hacen cosas juntos en amistad, es decir, en autorrespeto y respeto hacia el otro así como autoaceptacion y aceptación del otro, sin existencias, en la emocionalidad de colaboración y no de rivalidad, en la conducta a través de la cual el otro surge como otro legitimo sin temor de desaparecer en las interacciones. Nosotros los seres humanos nacemos y vivimos mayormente en una cultura de desconfianza y control. No tenemos confianza en nuestros niños en su inteligencia como seres sociales biológicamente capaces de vivir cualquier cultura que no los destruye antes de su reproducción. Como no confiamos en nuestros niños como seres socialmente inteligentes, los negamos al continuamente controlarlos bajo la existencia de que se rindan ante nuestra voluntad en la autonegacion de obediencia. Al no respetar ni confiar en nuestros niños no les oímos, y actuamos en educación como si todo lo que quisiéramos de ellos fuese su mision a las normas y exigencias de la comunidad en la cual sucede que viven sin ser responsables de lo que hacen.
Para evitar que los niños crezcan en la recurrente contradicción entre moral y ética, es que la educación sea un espacio de coexistencia en la biología del amor. Para que eso suceda, los profesores y los padres deben recuperar autorrespeto y autoaceptacion en un dominio de confianza, así como de respeto y aceptación del otro, de tal modo que así como se respetan y confían en si mismo, puedan confiar en los niños y respetarlos.
Solo si los padres y profesores se respetan a si mismos será posible que respeten a sus niños y estudiantes y no negarles en sus interacciones recursivas con ellos. Solo cuando padres y profesores se acepten a si mismo los les es posible aceptar a sus niños y estudiantes y no negarlos en una devaluación recursivas de su ser. Solo si ellos se respetan y se aceptan a si mismos les es posible confiar, respetar y aceptar a sus niños y estudiantes y corregir lo que ellos hacen y no negarlos al hacer esto, invitándoles a reflexionar en la apertura de la consciencia. Pero para que esto suceda, la mayor parte de los profesores y de los padres deben ser reeducados en la biología del amor, de tal modo que recuperan el amor de si mismos, autoconfianza y autoaceptacion en la consciencia de que ellos y los niños tienen todo lo que se pueda necesitar para que la educación sea una manera de vivir intelectual estéticamente maravillosa, espiritual, gozosa en la que los niños puedan llegar a ser seres humanos socialmente responsables y felices. Esa en una gran tarea pero al intentarla estamos consientes de que hay un practica particular que nos puede ayudar: no corrijamos el ser del niño, solo lo que él o ella hace, invitando a él o ella reflexionar y actuar con conciencia de lo que él o ella hace, en autorrespeto y no en obediencia.
REFLEXION FINAL.
Finalmente en nuestros tiempos, en este mundo globalizado en que no hay fronteras, que ofrece un ambiente pluralista con tantas posibilidades de elegir, donde surge el nihilismo y el fanatismo como posibles respuestas; la educación tiene una tarea trascendental. En efecto, es ella la que define la cultura que van a vivir nuestros niños y, los niños de ellos y como tal, define en el curso de unas pocas o muchas generaciones sucesivas la dirección del movimiento genético del linaje humano, tornando genéticamente mas fácil o mas difícil la conservación epigenica de la biología del amor como fundamento de nuestra condición cultural y biológicamente humana; así, una de las primera funciones que incumbe a la educación es lograr que los seres humanos puedan dirigir cabalmente su propio desarrollo, en que cada persona sea responsable de su destino y contribuya al progreso de la sociedad en la que vive; y al desarrollo humano en todos sus aspectos.
Después de todo, cuál si no la educación, tendrá que ser el instrumento privilegiado para enfrentar las angustiantes circunstancias que son agobio del género humano moderno y en particular de América Latina: exclusión social, deterioro medioambiental, desarticulación entre institución del Estado y vivencia de la sociedad; infraestructura tecnológica, corrupción, crisis de legitimidad del Estado y reconstrucción de las identidades comunicables; pobreza, racismo, intolerancia y violencia entre otros?. Sin una Educación liberadora, participativa y democrática, no podemos reemplazar la cultura de la violencia y de la guerra por esa cultura de Paz y Amor, por la que tantas personas y organizaciones trabajan , por ello, ¡la Educación encierra un Tesoro!
F I N


BIBLIOGRAFIA

Eisler Riane, 1990 El Cáliz y la Espada.
Cuatro vientos
Maturana R. Humberto, 1994 Amor y Juego, fundamentos olvidados de lo humano
Editorial Instituto de Terapia Cognitiva
Tercera Edicion.
Maturana R. Humberto, 1999 Transformación en la convivencia
Dolmen Ediciones
Maturana R. Humberto, 2000 El Sentido de lo Humano. con la colaboración de Sima Nisis de R.. Dolmen Ediciones, décimo edición.
Berguer, Peter L. El pluralismo y la dialéctica de la incertidumbre. Ensayo.
PNUD 2000 Informes desarrollo Humano :
- Globalizacion, Identidad y Estado
- Quien soy?
- El Chile mejor que desean los chilenos
Jacques Delors, 1996 La Educación Encierra un Tesoro. Unesco ,
Salvat Editores, 2004 La Enciclopedia

Texto agregado el 04-10-2005, y leído por 641 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
04-10-2005 Como profesora, puedo decir muy alto y bien firme que la educación es el único camino posible y el más grande de los tesoros de un país. Un beso. Pilef
 
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