El hedor espiritual e intelectual
que discurre en el cinismo moral
conjugan una situación
extraña situación
en la cual la degradación es el hilo conductor
de un estancamiento total
escupiendo conocimientos inertes, inútiles
trapeando subjetividades
denigrando singularidades
en si, viva la generalización!

Se huele en la multitud
un pensamiento post mortem
descompuesto en la mera normalidad
reptando en una supuesta
dinamización social
pero no es mas que ilusión
todo esta quieto
estático

en paz mortuosa, nuestro ser es ultrajado
por sí mismo
por dejarse
por engañarse
Y fundirse con otros iguales
para ser una gran masa uniforme
de neutralidades
de nadeidades
espirituales
Y coloridos superficialidades
ya pronto, toda esta putrefacción
se secara,
y ya ni hedor,
habrá