| LA FUNCIÓN
 Ha ha ha....
 ¿Que será?
 ¿Será la broma de Satán?
 ¿Será castigo de Dios?
 ¿Compartiremos la risa con quien se ría mas?
 ¿Será comedia o tragedia, o será la vida bella?
 ¿Viviremos bajo los focos de un teatro celestial?
 
 Y la función terminara...
 con una increíble ovación
 diez minutos de aplausos
 y un alud de comentarios
 ¡Que buenos los actores!
 ¡Que bueno era el guión!
 ¡Aplausos para el director!
 ¡Y que buenos los efectos!
 ¡Muy buenos los sillones!
 ¡Muy limpios los lavabos!
 ¡Fantástica la lámpara araña
 y que grandioso el decorado!
 ¡Muy buenos los poemas!
 con todo el abecedario
 con la palabra principio...
 con la palabra fin
 y en medio como rima....
 en medio, la palabra vivir
 con la caída peligrosa
 de las escenas escabrosas
 que todos vimos aquí
 y que recitasteis en prosa
 
 Y todo queda aclarado
 ¡Era una broma el vivir!
 mas risa da...
 cuanto más sufrir,
 cuanto más dolor...
 mas risa da reír.
 La risa es el sentido de la vida
 porque el sentido de la muerte es gozar...
 porque la vida es dolorosa
 y la muerte es liberar
 y tiene como objeto reírse
 en la opera de la realidad
 de los sufridores inconscientes
 que vais doliendo el vivir
 con entrega y candidez
 soportando mas de mil
 grados de ebullición.
 ¡Que actuaciones, pardiez¡
 ¡Que sentimiento!
 ¡Que realismo!
 ¡Que brutal contradicción!
 Cuanto más lloráis
 mas divertidos
 más hermosos
 más bellos
 más atractivos.
 La moneda del dolor
 aquí se cambia por carcajadas
 el dolor fue deseado
 al soltar de aquí el ancla
 al lanzarse desbocados
 al nacimiento terrenal.
 
 En virtud a la carne...
 se derrama la sangre,
 en virtud al amor...
 vuestro ser carnificasteis.
 Estáis aquí porque quisisteis
 porque decidisteis nacer...
 quisisteis que todos vieran
 como lloráis desesperáis y os rompéis
 sabiendo de las risotadas
 que eso provoca en platea
 y también en el gallinero
 del teatro de los cielos
 en eterna retransmisión
 de el llanto universal.
 
 Pero nacisteis otra vez
 para representar el drama
 de la carne, hambre y sed
 así que corred, corred, corred
 danzad a pierna alzada
 que los difuntos os vemos
 y siempre estamos contentos
 hagáis los vivos lo que hagan
 esté bien o esté mal hecho.
 
 Nosotros como difuntos
 presenciamos de invitados
 la función de los humanos
 la tragedia...
 la comedia...
 de vuestra desesperación,
 y os estamos esperando...
 porque vamos a mostraros,
 lo que hicisteis, y no hicisteis
 y todo lo que pensasteis
 y todo lo que decidisteis
 desde que subió el telón
 y de cómo bajo los focos
 corristeis como locos
 en pos de vuestra ilusión...
 
 Y al sentarnos a contemplaros
 la risa que derramamos
 en vuestro sublime honor
 es por veros tropezando
 tan inocentes como sois
 aprendiendo solo equivocados
 la lección de la frustración
 que os estaba esperando
 a romper el corazón.
 
 La vida es una función
 y en el teatro despertareis
 después del ultimo acto
 después de perder el cuerpo
 muertos entre los muertos
 cuando las luces del salón
 se encienden al unísono,
 y los difuntos os saludemos,
 sentados bajo el estrado,
 aplaudiendo fuertes aplausos,
 y os rodeemos, arropemos
 arrullemos, adulemos,
 besemos, abracemos , adoremos
 y os llenemos de simbólicas flores
 vuestros simbólicos brazos
 y os digamos que sabemos
 lo  que pronto entenderéis
 lo que en vida no se percibe...
 y que solo los muertos tenemos
 como fortuito premio
 de benéfica consolación
 el sentir en extremo
 el éxtasis del amor.
 
 Y si notáis esta abrasión
 ya seréis otro espectro
 espectros entre mas espectros
 con el sentido del humor
 que concede la dicha...
 y reclinados en el asiento
 disfrutando embelesados
 la vertiente del otro lado
 de vuestra  representación...
 se apagaran las luces
 se abrirá el telón
 y acabareis viendo
 lo que nosotros como muertos
 fuimos primeros en ver
 la obra de vuestras vidas
 a voz de grito...vuestra voz
 y vuestra risa sin compasión
 por las pasiones sufridas
 que jamás comprendisteis
 y que ahora están selladas como;
 “Sufrir es falta de amor” y
 “El amor y el humor celestial
 no caben dentro del cuerpo humano”.
 
 
 Silvia Escario
 
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