Me observo desnuda, y me pregunto ¿Quién soy?:

Mis pechos grandes, tiernos, caídos;
miran graciosamente,
mientras de forma absurda
las caderas intentan ocultarse más y más,
y siempre un poco más.

La crema, manos y ojos recorren la piel;
blanca y fría, como luna invernal,
y entonces, surge otra pregunta:
¿Dónde están las estrellas?
(y una respuesta!)
aquí!; ahora son una plaga de lunares.

El monólogo infantil, suele aplacarse
a mitad de una sonrisa.

Entonces observo mi rostro,
y me digo.... mi sonrisa, ¿mi sonrisa qué es?,
(y surge la verdad!)
mi sonrisa es un pubis tímido.