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Paquito, de seis años e hijo de Teresita y Alfonso, no era lo que se dice un niño educado en la fe católica. Muy a pesar de doña Teresa; la madre de Teresita y suegra de Alfonso, Paquito no recibía ni en casa ni en el colegio la más mínima educación religiosa.

A Paquito sus padres eso si, pretendían darle una educación con otros valores distintos a los convencionales. Por eso desde muy pequeño sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal.

El chaval evolucionaba como persona, mas centrado en sus propias potencialidades como individuo perteneciente a una sociedad abierta que como parte de una tendencia sectorial.

En vez de afirmar ciertas creencias heredadas, iba poco a poco afirmando de una manera amplia su personalidad con respecto a su propio desarrollo integral.
Recibía pues una educación liberadora y generalista que le hacía reaccionar por si solo ante los estímulos de lo que le rodeaba, a valerse por si mismo y a adoptar las posturas mas coherentes con sus convicciones obtenidas a través de la experiencia.

Con estas premisas, es comprensible que a Doña Teresa, católica de las de toda la vida, catequista, lectora compulsiva de biografías santificadas y coleccionista de pintura religiosa, le fuese prácticamente imposible, por más que lo intentara, instruir u orientar a su nieto dentro de la, bajo su punto de vista, verdadera fe.

Pero en cierta ocasión y a cuenta de un viaje de los padres, Doña Teresa tuvo el campo libre, tiempo suficiente y empeño, que no le faltaba… para inducir en Paquito algunas de sus certezas.

Unos días después, estaba segura de haber conseguido, con paciencia y tesón, convencer a Paquito de la existencia de un supremo hacedor, Dios, el que está en todas partes y la razón de ser de todas las cosas.

A la mañana siguiente, muy temprano, observó horrorizada desde su ventana una enorme hoguera en el patio. Allí ardían su imagen de la Virgen de Guadalupe, El corazón de Jesús grande y el pequeño, los crucifijos de las habitaciones, los cuadros religiosos y un buen puñado de libros, catecismos, Bíblias y nuevos testamentos.

Una vez convencido de su existencia, Paquito había decidido acabar con el monstruo cuanto antes.

Texto agregado el 13-10-2005, y leído por 486 visitantes. (24 votos)


Lectores Opinan
02-04-2006 Lamento ser la voz dicidente, subversiva, pero seguiré con el ánimo de los políticamente incorrecto, que llama mucho la atención, que es lo que gusta, incluso a las masas que viven encadenadas a lo políticamente correcto. La rebeldía es ahora también, un producto del mercado (sino no viéramos a Thalia cantando na canción de Alaska o a Abril Lavinge haciéndo esa caricatura de niña punki que no le queda). El texto me pareció regular. El hecho de comenzar explicando y describiendo me hizo recordar lo lineal de una película americana, donde no entras a la acción hasta que no hayas entendido la psicología del personaje. El tema... algo recurrente en todos los que de una u otra forma han optado por el complicado ateísmo o el sano esceptisismo. Dios está destruído en muchas mentes y de lo más vivo en otros corazones. El mito de un dios es inalienable al hombre, incluso al moderno; es sólo que el dios judio ya nos está quedando muy apretados y las Iglesias (católicas, protestantes, judias, etc.) ya no saben cómo seguir remendándolo de modo que no pierda su imagen original. El camino de la muerte de los dioses está marcado. De los dioses griegos, pasamos a los romanos y luego llegamos al monoteísmo, para terminar en la muerte de ese dios que mató a los muchos otros dioses. No veo mucho de original. De todos modos agradezco a quien me recomendó leer este texto, porque veo que aún hay mucha gente que sigue diciéndo lo políticamente correcto (destruir el racismo, destruir los mitos atávicos, destruir los tabúes, luchar por la libertad del hombre, por el triunfo de la ciencia y decirle a un amigo que su texto es lo máximo). Gracias por aguantarme tanto. flucito
25-03-2006 K buenooooo... guapo esta si esta pa reenviarla a los amigos... de veras. Saluditos KaReLI
16-01-2006 Yo por eso me adhiero a la fé del monstruo volador de spagetti. Sus fetiches aceptan el fuego lento de mejor manera y su aroma es más celestial, evangelizador incluso. Saludos. Al_Dope
03-01-2006 Hola!!! Mira quien se ha dejado caer por aki!!! Me ha gustado este cuento... Jajaj, no me esperaba ese final... UN BESO WAPO Y A VER CUANDO NOS HACES UNA VISITA! Loqui
02-12-2005 Este cuento es más subversivo que Nietzsche y Puente Ojea juntos. Creí que al final ibas a salir con que el niño, imbuido de fe purificadora, arremetía contra el politeismo y su ristra de ídolos y dioses menores. Me gustó. sespir
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