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Inicio / Cuenteros Locales / Cedric / La casa de al lado.

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Serían poco más de las doce de la mañana cuando Daniel vió la que iba a ser su nueva casa.Sus padres habían sido destinados a aquella ciudad por la gran empresa para la que trabajaban y habían decidido finalmente comprar una vivienda en lugar de alquilarla,ya que les habían informado que su destino iba a ser definitivo.

La casa era un pequeño chalet,con techo de pizarra y una pequeña parcela ajardinada,en una tranquila zona residencial . Aunque los edificios no eran muy modernos,estaban por lo general bien conservados.
El padre de Daniel abrió la verja y entraron en el jardín,donde podía apreciarse un cuidado césped y un curioso cenador junto a la casa,que era de dos plantas y con la fachada pintada de blanco.
Con la curiosidad propia de sus diez años de edad,Daniel recorrió los rincones de su nueva morada,la cual sus padres habían decorado con muy buen gusto,habiendo puesto especial cuidado en la habitación del niño,llena de carteles y fotografías de sus personajes favoritos.

Después de comer,Daniel tuvo que quedarse sólo en casa esa tarde,pues sus padres tenían que ir a resolver unos asuntos personales.No obstante,confiaban en su hijo,que era muy responsable y maduro para su edad,por lo que sabían que podían dejarlo a solas.
Daniel salió al jardín y estuvo jugando con su pelota favorita,intentando hacer malabarismos como los que había visto hacer a los futbolistas en la televisión.

En un momento dado,golpeó la pelota demasiado fuerte y vió,con gran sorpresa y angustia a la vez,como el esférico sobrepasaba la tapia divisoria y caía en el jardín de la casa de al lado.
Aunque sus padres se lo habían prohibido,Daniel salió a la calle y se dirigió a la verja de la casa vecina,a ver si podían devolverle su pelota.
Cuando llegó a la enrejada puerta,pudo ver una casa que parecía como abandonada,en medio de un descuidado jardín,en mitad del cual estaba su apreciado balón.

No encontró timbre ni campanilla para llamar,pero al apoyarse en la cancela,ésta cedió como si no estuviera cerrada con llave,por lo que el niño optó por entrar a recoger su pelota.
Aunque era consciente de que penetraba en una propiedad privada,su intención no era causar ningún mal,sino únicamente recuperar algo que era suyo.

Cuando llegó junto a la pelota y se agachaba a recogerla,oyó una voz detrás de él que le decía:"¿Quien eres?¿Qué haces aquí?".
Daniel se volvió sobresaltado y se encontró con una niña,de una edad aproximada a la suya,con unos preciosos ojos negros y un pelo castaño oscuro cuidadosamente peinado en dos trenzas.
Iba vestida de una manera que al niño le llamó la atención,pues no se parecía al estilo de ropa que estaba habituado a ver,ya que la niña llevaba un vestido estampado en florecillas azules,con una falda muy larga,casi hasta los piés,calzados con unos zapatos de charol negro,muy brillantes.
-"Me llamo Daniel"-respondió-"Vivo en la casa de al lado y he venido a recoger mi pelota,que he lanzado a tu jardín sin querer".
-"Yo me llamo Lucía"-dijo la niña-"Vivo en esta casa,pero casi siempre estoy sola,pues mis padres trabajan a la otra punta de la ciudad.Quédate a jugar conmigo"-añadió con voz dulce y amable.

El niño aceptó la invitación de su nueva amiguita,con la que se quedó el resto de la tarde.Jugaron a la pelota,al escondite e incluso se atrvieron a columpiarse en un viejo balancín que había en un rincón de aquel descuidado jardín.
A última hora de la tarde,viendo que ya oscurecía,Daniel optó por volver a su casa,antes de que sus padres regresaran y notasen que se había ausentado.
"Vuelve mañana,por favor"-dijo Lucía-"Siempre estoy muy sola y en este barrio apenas hay otros niños".

Durante los siguientes días,siempre que tenía ocasión y sus padres no estaban,Daniel pasaba a la casa de al lado y jugaba con su vecina.
Por otro lado,estaban en verano y no había colegio,pero sus padres trabajaban y estaban ausentes gran parte del día.No tenían familia en la ciudad,por lo que se tenía que quedar solo muchas veces.
Cuando llegaba al jardín vecino,ella estaba siempre esperándole,luciendo el mismo vestido y con una alegre sonrisa para darle la bienvenida.

Algunas veces,sentados en los escalones de la puerta de aquel destartalado chalet,pasaban el tiempo hablando de sus cosas: El colegio,la familia sus aficiones,etc.Incluso en alguna ocasión se atrvían a hacer unos ingénuos e infantiles planes,de cara al futuro.
Poco a poco fué creciendo dentro del niño un extraño sentimiento que le hacía añorar la compañía de su pequeña amiga cuando no estaban juntos.
Habían quedado de acuerdo de mantener su relación en secreto y de que sus respectivos padres no se enteraran,por lo que los fines de semana no solían verse,causando en Daniel gran tristeza y desazón,que desaparecían cuando volvían a encontrarse.

Nunca salían del jardín de ella,pues la niña le había dicho que en la calle había mucho peligro y en consecuencia,tenía terminantemente prohibido salir.
Un caluroso día de aquel fin de verano,estaban jugando a la pelota cuando ella le dió una patada demasiado fuerte,haciéndola salir a la calle botando por encima de la verja.
Sin pensarlo dos veces,Daniel salió del jardín con idea de recuperarla y la vió en mitad de la calzada;corrió a recoger su balón y no vió el coche que se dirigía hacia él a toda velocidad.Cuando se volvió,el vehículo estaba a punto de alcanzarle.

Todo sucedió muy rápido.Oyó un chillido desgarrador y vió a Lucía,con la cara desencajada por el terror que se arrojaba sobre él,dándole un fuerte empujón y apartándole de la trayectoria del coche mientras gritana:"¡No!¡Tú no!".
Daniel se sintió lanzado por los aires y al caer al suelo se dió un terrible golpe en la nuca,sumergiéndose en una inmensa negrura de forma casi instantánea.

Cuando despertó, aparte de sentir un fuerte dolor de cabeza, lo primero que vió fué la cara de sus asustados padres,que le miraban con gesto de alivio al ver que despertaba en aquella cama de hospital.
-"Daniel,¿Me oyes?¿Cómo estás?"-le preguntó su madre.
Pero él se limitó a contestar:"¿Y Lucía?¿Dónde está?".
-"Quien es Lucía"-preguntaron intrigados.
-"La niña de la casa de al lado.Ella me salvó de ser atropellado."

Entonces se oyó la voz de una enfermera,la cual estaba junto a sus padres,que les dijo: "Aunque aparentemente no hay lesiones graves,el golpe ha debido afectarle un poco.Vivo en su barrio toda la vida y la casa vecina a la suya hace más de veinte años que está deshabitada.Allí vivía un matrimonio con una niña de la edad de su hijo.Solía pasar muchas horas sóla en la casa,hasta que un día salió a la calle detrás de una pelota y un coche la atropelló,matándola en el acto.Cuando sus padres,que trabajaban al otro lado de la ciudad,acudían al lugar de los hechos,tuvieron un accidente con su automóvil y murieron también los dos.Precísamente hoy es el aniversario de tan triste suceso".

Texto agregado el 14-10-2005, y leído por 163 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
16-10-2005 Te imaginé en tu trabajo escribiendo el cuento entre ventas de inmobiliarios... Las casas y sus secretos... Cariños. lilianazwe
 
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