...y así, caminaba por la calle, no había personas a mi alrededor; el cielo, cubierto por un manto gris, el suelo, bañado por un color anís, seguía mi ruta hacia un camino desolado, seguía mi vida sin rumbo, y yo por mis pensamientos atribulado. Mi nave que parecía llegar a puerto un día, hoy está naufragando entre las olas oscuras, entre ese pestilente olor de las aguas sin destino... sin darme cuenta, había perdido la luz del sol, la luna, las estrellas, aquellas que un día me maravillaron y hoy parecen esconderse ante mi mirada sangrienta, huyen a esta voz quebradiza, temblorosa y sobre todo, bañada en el miedo... camino hacia una banca que ajada por el tiempo me esperó todo este viaje al final de mi sendero, mi ruta a cada instante se hace más difícil de sortear, mis fuerzas ya flaquean, mi cuerpo se siente cual si se fuese a quebrar. Junto a mí, había un pequeño árbol con hojas muertas colgando de él, un tallo seco las suspendía, yo me perdía en su color café, era como ver la historia de mi destino escrita por la naturaleza, ahora desfilaban ante mí situaciones que parecían haberse perdido en los callejones de mi mente, quemaban mis pupilas con sus colores brillantes y fuertes... no pude contener las lágrimas que durante años había callado, instantes de mi felicidad olvidada estaban rompiendo las maderas de sus sepulturas, y yo comenzaba a ocupar su lugar... depronto oí una voz cuyo timbre retumbó en mi corazón, era aquella que un día me llenó de vida, aquella que protagonizó cada uno de los momentos que irisaron mi cuento... caí sin poder evitarlo... Un leve rocío humedeció mi piel, cristales que recorrieron las hoy marcadas líneas de mi rostro, desperté sin poder quitarme esas tormentosas imágenes de la cabeza, se sentían como cuchillos que pasaban sus gastados filos por los recodos de mi conciencia, una fría túnica secó todo aquello que sobre mi hubiera, el sudor, el rocío, mi existencia."
D.Nocetti