TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / monjeortiz / el puente

[C:154326]

El puente

Desde su inauguración como puente provisional, era la frontera legal entre los dos pueblo. Sólido y silencioso a medio día regaba sombra sobre la corriente pedregosa, donde de mañana lavaban las mujeres, las ropas que de noche ensuciaban sus maridos.
Sin importar la autoridad de turno en cada punta, mantenía su dignidad de servidor público, ajeno a los políticos de la capital y a las murmuraciones locales. Cierto es que algunos desconsiderados lo utilizaban para colgar afiches políticos, carteles comerciales y avisos del cercano “fin del mundo”, sin faltar, claro, más de un enamorado que lo utilizara de celestina; sin embargo él, discreto y tolerante, todo lo aceptaba.
Su andamiaje lateral de madera, echo para el paso de peatones, dejaba ver más de un vergonzoso agujero, producto del pasar de las gentes y el dejar pasar oficial. Mas eso sí, la vía principal, donde transitan a diario soñolientos viajeros y ruidosos camiones cargados de campo hacia las modernas capitales, seguía inmutable, servicial, silenciosa.
Amaneciendo Viernes Santo, la mañana se convirtió en gritos de asombro y murmuración de comadres en cada punta del puente: en medio de la cristalina corriente, un cadáver reposaba arzobispal entre dos gigantes piedras.
Todos estuvieron de acuerdo; el difunto había caído desde uno de los boquetes del viejo puente durante la madrugada, y supuestamente borracho. También estuvieron de acuerdo en no conocer el regordete cadáver, quien impávido se bañaba ante la mirada de los asombrados vecinos.
Rondando las 11 de la mañana, el espectáculo del bañista, paso de hilarante novedad a preocupante problema de salud pública.
- ¡A lo que empiece a hincharse el mal olor no nos va a dejar pasar la proseción del Nazareno!, decían las más devotas y caritativas damas de ambos pueblos.
- ¡Es lo que yo digo!, cuando se necesita la autoridad, o están de vacaciones o están reunidos en la capital, argumentaban cívicamente los dirigentes en turno de la oposición, cada uno, en su punta del puente.
En tanto el debate levantaba suspicacias y enconaba viejas heridas, el servicial puente trataba de mantener una sombra protectora sobre el casi sonriente cadáver, quien inmóvil, parecía agradecerle la deferencia.
A las 3,15 de la tarde, luego de intentarse todas las diligencias posibles, los policías de turno en cada punta del pueblo, saltándose la orden oficial y olvidando las justificadas rencillas entre ambas entidades oficiales, decidieron reunirse con aire de gravedad en la mitad del callado puente.
En tono conciliador un policía le pregunta al otro:
-Aja distinguido ¿y qué vamos a hacer?
-Tranquilo, esperemos que alguno de los jefes llegue y decida… Además, ¿pa donde va coger el muerto?

Texto agregado el 05-11-2005, y leído por 216 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
03-01-2006 Sí, un agrado leer un cuento tan bien hecho. No sé, de pronto, mientras leía, recordé un puente, en la ciudad de Osorno, Chile, el puente Rahue, divide o separa, como originalmente fué su cometido militar, a una clase social de la otra, a una raza de la otra. A los indígenas, de la mezcla de alemanes con criollos. PatriciaDU
30-11-2005 muy bueno... Prima!!.. ajja almana
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]