Se respira una sensación de libertad absoluta, de estar ocupando el centro del mundo en un reducido espacio lleno de blancura y pureza.
La velocidad acaricia mi rostro en forma de agradable aire que se enlaza a mi cuerpo como los brazos expertos que me rodean la cintura y me dirigen las piernas con gran destreza sobre aquellas cuchillas que arañan el hielo.
Es como volar entre las alas de un inmenso cisne plateado de vuelo pausado y raso al mar, o por momento como estar en el fondo del océano a lomos de un elegante delfín que surcaba los corales de colores...
Mis ojos observan todo y nada a la vez, poco en especial que observar, nada que perturbe mi atención en otro tema que no sea la agilidad de mis piernas y brazos sobre aquella pista de nieve que me rodea y me sumerge en un firmamento frío, vacío, distante, pero que me hacía sentir bien.
De pronto un pie se enlaza con el otro y caigo inesperadamente al suelo. Decaigo frustrada por momentos.
Respiro profundo.
Allí está él, justo detrás de mí, sin decir nada, aguardando con el silencio de la profesionalidad. Mis ojos se encuentran con los suyos y no tengo valor para sostener su mirada, agacho la cabeza y me pongo en pie.
Mis manos se sienten débiles y casi no siento el rostro, sólo la tibieza de una lágrima que recorre mi tez con delicadeza me recuerda que toda aquella plenitud de un momento atrás puede caerse igual que las ilusiones en la vida real; pero no era el momento de pararse a sufrir, sino de volver a accionar mis patines, y deslizarme nuevamente por la nieve, hasta sentirme nuevamente como la brisa...
Zancada tras zancada voy dibujando una línea perfecta en el suelo, luego retrocedo con un sólo pie en el suelo, los brazos en cruz, ojos cerrados y conteniendo la respiración, dejándome llevar por la melodía que produce el acero al surcar la nieve.
Esta vez lo consigo. Sí, lo conseguiré...

Abro los ojos de pronto, me encuentro en una apartada esquina de una extraña pista repleta de candor y paz... Me pongo en pié, sonrío, camino feliz...
¿Por qué llamarlo sueño, si puedo hacerlo realidad?