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Inicio / Cuenteros Locales / La_Columna / OTOÑO, TRISTE OTOÑO. Escribe Azulada, invitado por Shou para La Columna de los lunes de Carloel22

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La semana empieza con un lunes diferente en La Columna. Por primera vez escribe en este espacio Juan Martín Serrano Azulada. Nos acerca su mirada reflexiva sobre la vida.

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OTOÑ O, TRISTE OTOÑO


A pesar de que mis ojos pitarrosos, obstruidos por las legañas de mi obsesión narcisista, cierren la vista al umbral de la naturaleza, todos los días son bellos, incluida esta tarde de noviembre con su particular y seria hermosura de un lánguido otoño desfallecido. También es bella la tristeza.

El aire rasga el velo azul del cielo. Trazos descosidos de un blanco arrastrado arañan la piel del firmamento. Zarpazos que arrancar quieren al cielo el alma enredada de su sideral pureza.

Esta tarde me apetece salir a despedir el sol. Los cipreses escrutan el poniente. ¡Siempre los cipreses! A mi paso se callan enmudecidos como el lomo de un gato avizor. Son el baluarte en la frontera abismal de mis adentros aquí en mi pena. Los puse mirando al norte para encarar los vientos helados que agarrotaban el cálido germinar de mis sentimientos. Sus espesas sombras dan protección y abrigo a los débiles naranjos que lindan con el brazal que con agua escasa los alimenta como puede. A los pobres limoneros les cuesta dios y ayuda conservar la flor optimista de mi existir efímero.

En mi pasear vespertino por los senderos de esta puesta del sol me acompaña sonriente el perro. Nunca dejaré de sorprenderme de la fidelidad eterna de mi perro, siempre atento, presto a mi soledad, dispuesto a cualquier estrambótico capricho mío: decirle "adiós, hasta mañana" al querido astro.

Mi perro, como las plantaciones de moreras que escoltan mi caminar hacia el ocaso, están ahí, siempre a mi alcance.

Una vez alguien reprendió esta frágil ternura mía por los árboles y los animales. Dijo algo así:

"Amigo, encariñarse por un gato, la flor de una berenjena o la telaraña de un vulgar arácnido no deja de ser un claro síntoma de misoginia, enclaustramiento y homofobia. Tendrás que trabajarte si no quieres coger una paranoia".

Por eso, cuando noto este tonto encariñamiento mío por el reino de los animales y de las plantas, siento vergüenza por rebajarme a su irracionalidad y desenfreno. Y me digo: "no somos homologables. No es bueno exponer al contagio del instinto descerebrado de la fauna y de la flora el don intransferible de nuestra libertad singular y distinguida".
Los perros no saben de dignidad, ni decencia. No conocen el respeto. Se alimentan tan sólo de pan. "Cave canem" decían los antiguos latinos.

En este paseo de otoño, pienso que algunos "distingos" morales son más bien fruto de nuestra remarcada cultura por el engreído dicho clásico de que "el hombre es la medida de todas las cosas". ¡Mentira!

En esta tarde, entristecida por un sol que se oculta, no me siento más feliz que mi perro, ni más alegre que la pequeña flor de la berenjena que sobrepasa noviembre con la gracia y el desahogo que le confiere su recia personalidad.

El hombre hoy, descojonado de fobia, inseguridad y miedo, se lanza injustamente a la caza de su "homónimo", presume de razón, libertad y conciencia, y es tanta su cordura, juiciosidad y albedrío que nunca más distante se vio de las bondades del reino animal y vegetal.

Esta misma tarde, en Afganistán soldados americanos no se conforman con asesinar a unos pobres aborígenes, sino que además queman sus cadáveres para escarmiento y provocación de su fe musulmana. La mecha de un nuevo conflicto ya está encendida.

En el zoo de Bronx, junto a otros animales hay un cartel que dice:

”¡Precaución. No acercarse. Este es el animal más fiero que existe, el más cruel, el más sanguinario, el único capaz de destruir en masa a su propia especie!"

Junto al cartel hay un espejo que se refleja perfectamente la cara sorprendida de la persona que asustadiza acaba de leer este aviso.



Juan Martín Serrano : AZULADA
noviembre, 2005

Texto agregado el 07-11-2005, y leído por 386 visitantes. (15 votos)


Lectores Opinan
14-11-2005 El amigo Juan, cuando escribe colorea no? Quizá el leerlo nos ayude a retocarnos un poco antes de observarnos en el espejo. Siempre se puede, lo importante es llegar a darnos cuenta para caminar en la vida de otra manera. Excelente reflexiòn Juan, muchas gracias por subirla y todas las estrellas. carloel22
14-11-2005 Magnífica Columna. La maravillosa prosa con tintes poéticos de tus líneas no desvía la atención ni por un instante de la reflexión que hay tras ella.Gran acierto esa imágen final para sintetizar esa gran incoherencia del humano con el cosmos, que así, escondido tras esa "ratio" de la que nos sentimos tan orgullosos, sólo cuando volvemos a los registros más primitivos logramos ese anhelo: ser parte del perfecto círculo y entrar en armonía con él. Te felicito por este trabajo. entrelineas
13-11-2005 Tratemos de que el espejo refleje algo mejor.Felicitaciones Ninive
10-11-2005 Muy buena columna. El final es tan rotundo como sorprendente. Un saludo de sol-o-luna
08-11-2005 Un pequenísimo ratito para la reflexión en un entorno de ver y oir tantas cosas que la analogías inevitablemente llueven. Un reflexión total Juan! anemona
08-11-2005 Otoño, triste otoño, también es bella la tristeza como es bella la estación del año de de hojas secas, de dorados y amarillos, de sepia y rojo y hermosa la etapa de la vida que nombramos otoñal pese al cansancio y desilusión, los valores trastocados, la lealtad, el honor y la dignidad, escasas virtudes, nuestra autoestima decrece ante la violencia y la injusticia. Deberíamos tomar más conciencia de la sabiduría de la naturaleza, del comportamiento de la creación, allí están siempre tus cipreses, siempre albergando tus momentos, la fidelidad eterna de tu perro y es muy posible que en algún momento en que detengamos nuestro camino de peregrinos ermitaños, encontremos muy cerca una amistad. El sol en su ocaso no dejará nunca de anunciarte que un día más está terminando y los zorzales avisarán con su trino la amanecida, el cauce de un río nos muestra su devenir permanente, el viento y la brisa, que el mundo está en movimiento. La imagen del espejo del zoo del Bronx nos devuelve nuestro propio sentir ante una realidad inesperadamente certera, que nos asusta y quisiéramos, quizás, no haberla visto. Excelente columna, no basta leerla una sola vez, conduce a reflexionar en nuestra propia espiritualidad. Felicitaciones y mis cinco estrellas. Ignacia
08-11-2005 Es muy bonito lo que ha dejado: un oasis de paz, un descanso para saciar la sed de quien pasa. Gracias por esa prudencia que resguarda el interior cansado de tantas noticias malas. Un besito y mis estrellas. Mai. maira
08-11-2005 Me has levantado el ánimo y la esperanza, todavía existe alguien que sabe meditar, que nos invita a un peregrinaje por el sendero espiritual y nos asciende. El decir poético se presenta como espacio privilegiado para estas elevadas alianzas. Gracias. maravillas
07-11-2005 Esta columna tiene la magia de tu estilo poético , de esas descripciones que te sumergen en el paisaje de ese paseo de otoño, de la flor de la berenjena y el mensaje escondido entre tus letras. Maravilloso india
07-11-2005 Muy buenas descripciónes, atinados aciertos en la forma especial de presentar el tema. Mis respetos. cristobal
07-11-2005 Es una visión particular, a través de unos ojos acostumbrados a VER cuando miran. Cuánto necesitan las generaciones actuales de esta visión holística de lo que nos rodean. Un perro murió solo, en medio de una llanura extensa, allá lejos, y sé que yo estaba en blanco y negro en su retina. Trato de mirarme en el espejo todos los días, o casi, para descubrir cuál es mi responsabilidad en todo esto. Excelente columna, mi amigo. neus_de_juan
07-11-2005 Tu buen estilo a caballo entre la descripción y la prosa poética, me hace casi ubicarte a la par de los grandes maestros españoles de estos géneros, tales como Azorín por lo descriptivo y Juan R. Jiménez por su prosa cargada de poesía. El otoño... a mí personalmente me gusta, cierto que no tiene la alegría de las noches de verano, pero invita al recogimiento. Tb te comento sobre el amor a los animales, doy fe de que mi perro y yo nos queremos más que lo q quiero a humanos consaguíneos. (Perdona mi osadía, en este espacio de comentarte, por fin, aunque llenaría folios..., que dos o tres términos, para mi vista, desvirtúan tu precioso trabajo, <i> dios y ayuda y descojonado</i>, no los veo en esta tesitura. Cinco estrellas y un abrazo. Ruth
07-11-2005 Envuelto en tus palabras de entre el monte y la academia. ("dios y ayuda, etc") que me llevan de la mano a cuando las palabras tenían el peso de ser pocas y bien definidas, me das un regalo, Juan. Ese amigo que te quería corregir ya estaba alienado por los males del siglo. Si hemos de evolucionar, de aprender a mejorar la especie, nada mejor que mirar y ver lo que la Naturaleza nos pone delante de los ojos, siempre encontraremos respuestas a nuestras dudas, siempre encontraremos bellezas que el hombre es incapaz de hacer y transportan a sentimientos ancestrales de admiración hacia Lo que pudo hacer tanta hermosura, incluidos los seres humanos. Vale más un atardecer bajo los cipreses que mil partidos de futbol, que dos mil programas de televisión, que la película más taquillera de la época. Un gran abrazo y todas las estrellas. graju
07-11-2005 Estupenda columna, impecablemente escrita (como no podía ser de otra manera tratándose de ti). Además estoy de acuerdo en tus afirmaciones y cavilo con tus dudas. ¿Será el precio de la inteligencia nuestra propia aniquilación? Ojalá que no. Saludos juanrojo
07-11-2005 Una meditación sobre la condición humana, paradójica y contradictoria. Digo meditación en el sentido digno del término. Un texto pensado en sus enunciados, y por supuesto, coherente. Me has traído, amigo, muchas reflexiones. Coincido contigo cuando dices que es falso el dictum de Protágoras. El hombre no es la medida de las cosas. ¡Qué buena el símbolo del zoo! ¡Qué medida,¿no? Por allí dices: "mi existir efímero". Fuerte es la experiencia que a veces la tapamos de mil modos. Pero me viene a la memoria lo que un poeta helénico del período clásico: "En el Absoluto nos movemos, existimos y somos" y que fuera recogido por Pablo, Bergson, y tantos otros en el largo periplo espiritual europeo. Ha sido un deleite la lectura. Y aprovecho para agradecer a La Columna por el aviso que "este" lunes, en lugar del amigo Pedro, estaría azulada. 5* Máximo islero
07-11-2005 Delicadas palabras para hacer una crítica dura a la naturaleza humana. Es cierto. ¿Para qué la razón si somos depredadores de nosotros mismos? ¿Si matamos por placer (el placer del odio) y no por instinto de superviviencia? Bien decía un grafiti: "Entre más conozco al hombre más quiero a mi perro" (no se si sea de alguien famoso, yo lo leí en un grafiti). Muy buena reflexión para comenzar la semana. Carmen_Posada
07-11-2005 Una mirada reflexiva sobre la vida y los engaños que frecuentemente elaboramos. Para hacer distinciones y juicios de valores somos prestos e inteligentes. Pero, rápidamente nos alejamos o asustamos si nos encariñamos con un animalito o una flor. ¿Síntoma de misoginia? Necesitaríamos más espejos y la valentía de mirarnos con más sinceridad. Muy buena columna ***** Un abrazo Shou
 
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