Caminé mi senda inconclusa,
y mis pasos dejaron de alcanzarte,
y mi sombra no te cobijó más.

Me alejé de todo y tu en medio,
dejaste de ser la mujer de mis sueños,
te perdí en el camino en mi búsqueda pueril.

Te perdí de mis sueños,
y sin poder invocarte me puse
irremediablemente a crecer, e inventarte
a darte forma de mujer desconocida.

Me extravié en el camino
y el largo de tus brazos
no pudo alcanzarme de nuevo.

Nunca tu sombra más muda fue,
nunca mis ojos estuvieron más húmedos,
nunca mi silencio más triste fue, por los dos.

Te deje marchar de mi lado,
pero era yo quien se alejaba
y no te puedo dejar enterrada
porque sólo a ti te he amado.

Te perdí en el camino de crecer
inocencia bendita, pues te di la espalda
y tarde cuenta me di que era a ti a quien buscaba.