Hace un año. La tarde del domingo caminaba en el parque como siempre. Vi los campamentos de los gitanos y empecé a caminar hacia éstos. El humo de la leña mezclaba con la niebla y un olor agradable flotaba en los alrededores. Una escena familiar me saludó a los campamentos. Los niños jugaban el escondite. Me parecía que los adultos no habían vuelto de las aldeas cercanas. Una mujer de cincuenta años se sentaba allí. Ella tenía las lámparas antiguas que me recordaba de la lámpara mágica de Alladin. Tenía también las raíces, las joyas y otras cosas interesantes enfrente de ella. Ella me mostró sus cosas y entre todos, tres cosas captaron mi atención: Un espejo antiguo que podía mostrar que pasaba en la mente del amante; Un diccionario del amor para interpretar la lengua y los gestos del amante y una goma para borrar su imagen cuando él no reciproca a tus sentimientos. Yo estaba tan fascinada que las compré sin regatear. Las metí en mi gabinete y allí, las tres cosas quedaron hasta el mes pasado.
Estaba enamorada de un hombre. Confundida por su comportamiento, decidí a usar mis cosas preciosas. En el espejo, vi nada sino las líneas vaciladas. El diccionario no podía ayudarme a entender sus inclinaciones. Estaba harta y quería borrar su imagen de mi corazón. Pero, la goma también era inútil. Yo fui al parque, buscando los gitanos. Afortunadamente, había un campamento de ellos. No encontré la mujer que me vendió las cosas, pero, encontré una mujer anciana y le pregunté porque las cosas no funcionaban. Ella sonrió y me dijo, “Señora, no importa. Dígame ¿Qué puede hacer para tener éxito en amor? ” Yo contesté, “Todo que sea posible”. Ella meditó un rato y me dijo, “Una mujer tiene que preservar su orgullo y respeto. Nunca sacrifíquelos para un hombre. Un hombre no merece la pena.” Come yo regresaba a mi casa, yo pensaba en las palabras de una mujer sabia y al final, entendí su profundidad. Me sentí libre como me dejó una carga. Sí, yo me liberé de los vínculos del amor.