Sin ver a través de los labios,
ni manos que invadan la piel.
Sólo hojas en blanco que aturden.
Naufragios en mares de sed

Sin fechas en el calendario,
y mil lunas nuevas a diario.
Callado sin tu abecedario,
ni dioses sin nuestro rosario.

¿Será la distancia precisa?
¿Cuán vivo estaré en tus recuerdos?
Dícelo a mi almohada y a la pared;
y al espejo que estalla cada amanecer

Sólo sueños que riegan mi insomnio
florecen y arden en tu brisa
de otoño, sin aliento, sin prisa

Sin aliento, sin prisa.

Sin aliento.

Sin prisa.