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Un Ave


Me acosté temprano ni sé por qué razón. Hoy veinte años después aún no lo entiendo.

Desperté con una sensación extraña, yo no sé si tú alguna ves has sentido esa sensación.

Te explicaré como es. Te sientes como si el mundo que te rodea no es el mismo. Lo has sentido alguna vez? No te engañes! el mundo sigue siendo el mismo. Pensemos mejor, que tú no eres el mismo?

Me estiré y me sentí aún más extraño como si mis músculos no respondieran igual, me sentía más ligero mucho más ligero. Abrí los ojos y pude darme cuenta que aún era de noche. Me sorprendió algo inusual, yo sabía que era de noche pero miraba perfectamente bien. Mas sorprendido me quedé al ver que no estaba en mi cama, peor aún, estaba en las afueras del pueblo.

Sentí angustia pues pude darme cuenta que estaba en el lugar menos indicado para estar en la noche. Los "papelillos"... esos árboles que se obstinan en crecer en las peñas y los precipicios y que mantienen siempre su vida al borde de un abismo me hicieron notar donde estaba exactamente.

Me encontraba en el "cañón del diablo", el lugar más aterrador que te puedas imaginar en tu mente llena de imágenes de películas de horror. Si ese lugar de día me inspiraba tanto temor nunca en mi vida me imaginé tan siquiera pasar por el camino de enfrente, así, de noche. Es aún más remarcable el hecho de que ni siquiera estaba en el camino, estaba al borde de un precipicio.

Todos los cuentos que se decían en el pueblo empezaban a hacer sentido en mi mente ya de por sí irritada y maleada por el miedo. No tenía ni la menor duda, lo más seguro es que el diablo me había llevado ahí al precipicio tal y como contaban los viejos del pueblo. Si el descubrir que estaba al borde de un precipicio y sin razón lógica era algo fuerte ya podrás imaginar como me sentí al descubrir que ni siquiera estaba parado en las peñas, estaba encaramado, subido en un arbolito de esos "papelillos". Alguna cosita extra? claro que sí!! Estaba parado en una rama tan gruesa como mi dedo meñique. Quieres saber algo más? Los "papelillos" tenían fama de ser los árboles más "vidriosos", esto es, más frágiles, que se quiebran por no ser flexibles y además son blandos mucho muy blandos.

Con mucho miedo quise ver si la ramita donde estaba parado no se estaba doblando aunque no me explicaba como me sostenía pues en el mundo regular, el de siempre, yo pesaba como 130 libras. Miré donde estaban mis pies y ohh Dios mío!!

No tenía yo pies, tenía garras, con uñas afiladas. Sentí que era demasiado, el vértigo, la altura, la impresión de verme mis pies convertidos en patas de animal iniciaron mi caída.

La rama no se quebró, me caí solamente, el precipicio parecía no tener fin. Tal ves así es la muerte cuando llega. En un instante sientes quién eres realmente y en un instante te sientes vivo, realmente vivo por que estás tan cierto de tu muerte. Yo creo que no hay momento en que no estás mas vivo que cuando estás muriendo o cuando crees que estás muriendo.

Quiero decirte algo muy importante. El día que tu muerte llegue, te darás cuenta cabal en menos de un segundo quién eres y que fue lo que realmente hiciste en tu vida. No importa cuánto estudio y razonamiento lógico tengas ese instante entenderás todo el sentido de la vida. Es un misterio pero cualquier persona sea quien sea lo entenderá igual.

La muerte es algo tan nesesario y es algo tan importante, y tú puedes ver que no tiene sentido vivir si no has de morir. Quise gritar y sólo emití un ruido desconocido, no lo capté como un grito humano. Grité de nuevo y otra vez el mismo sonido pero esta vez pude saber que era como un graznido, o chillido como de pájaro. Alguien o algo se comunicó conmigo en ese instante, no sé en que lenguaje no sé de que manera pero lo capte ... el mensaje decía... "abre tus alas, no tengas miedo... puedes volar no lo ves?" “abre tus alas".

Extendí lo que creí eran mis brazos y efectivamente eran alas. Quiero decirte algo. En ese instante me di cuenta de mi identidad verdadera, lo que no supe por tanto tiempo. Yo era un ave... como pude vivir engañado tanto tiempo? El aire de la noche acariciaba mis plumas y yo volaba y volaba fuera del cañón y de verdad que no lo miraba aterrador ya.

Me remonté cañón arriba y subí más y más y después me dejé llevar por el aire y planeaba y di vueltas y vueltas. Sin duda alguna no hay nada más extraordinario que volar. Mis miedos y angustias se fueron, solo volaba y me sentía, sereno muy sereno.

Las corrientes de aire me llevaron lejos más hacia el pueblo y pude ver mi casa, y las luces y todo el pueblo y pase mas allá y aun más allá donde siempre quise ir, donde siempre ansiaba llegar.

Sin embargo las aves nocturnas no vuelan tan en campo abierto, y mi naturaleza me llamaba a regresar a los peñascos, los papelillos y los abismos. Sin duda alguna soy un ave de los abismos, de los extremos, de lo que infunde temor o reverencia, de lo que impone, de lo que hace irritarse el cerebro.

Me dejé llevar por el aire y mi vuelo fue como dirigido por una corriente con vida propia que me llevó a esos abismos, a esos peñascos.

Te diré algo muy importante. Por primera vez supe lo que es estar en paz conmigo mismo. Cuánta paz y cuánta serenidad, eso .... es como la muerte.

Alguna vez has visto un ave llorar? Yo no entiendo que es lo que puede hacer llorar un ave. Empecé a dudar de mi condición de ave, las aves no lloran de felicidad ni de ninguna emoción humana. Empecé a dudar si yo de verdad era un ave. Empecé a dudar y dudar... y dudar... y ya no me sentía... me estaba perdiendo... sin fin.

Ya no sabía si estaba volando, ya no sabía nada con certeza.... que desesperación.

Desperté muy agitado, me busque mis alas, mis patas de ave, mis plumas ... nada...nada.

Me vestí de prisa con desesperación, era muy temprano. Salí corriendo al camino, apenas si se veía en la madrugada... las flores silvestres a”un tenían el roció y el olor del campo se me metía en la nariz y me gustaba pues recordaba que en mi condición de ave no distinguía tan bien los olores.

El cañón del diablo se miraba imponente a lo lejos y apuré el paso... el trajín en el pueblo era evidente ya. No tardarían los campesinos en pasar por el camino. Corrí desesperado, jadeando subí la cuesta, me metí al monte, no me importaban las espinas y las hierbas que flagelaban mi torso semidesnudo... lo que quería era llegar al sitio donde había estado parado como un ave.

Ahí estaba ese árbol donde había estado pero era tan difícil llegar a él, y tenía la rama que ya había mirado como un ave. Era increíble, inexplicable. Me arrastré por la pendiente hasta llegar al árbol lo abracé, me dí cuenta que era el mismo, empecé a trepar, no sentía miedo mirar el abismo, quise llegar a mi rama.... tan sólo la toqué con una mano y se quebró. Mi mente no lo aceptaba, no lo entendía, me aferré al árbol esperando oír el mensaje pero no llegó, pasaron los minutos y mi incertidumbre crecía y crecía y....pensé en tirarme desde el árbol.
Si eso haré! Ahí fue cuando escuche el mensaje en mi condición de ave...

Me acomode en el árbol, en mi mente afiebrada oía murmullos de gente asombrada, cuchicheos, gritos de susto, gritos de todos. No prestaba atención concentrado en acomodarme en el árbol, abría los brazos probaba y probaba, tal vez de repente tendría alas. Nada pasaba, me fastidié. Estaba a punto de rendirme cuando sentí como si me balanceaba en él vacío y algo alrededor de mi cuerpo no me dejaba caer... espere el mensaje.... y espere...
Y llego... lo capté completo... "No te muevas, no seas ******* o que te crees un pájaro?" "Más vale que tengas miedo, que si sigues moviéndote se va romper la cuerda y te vas pa'bajo"

Me dí cuenta que me habían lazado, había mucha gente arriba y me subieron amarrado con la cuerda. No puse resistencia, me llevaron al pueblo. Yo no quería hablar con nadie, me molestaba hablar y no escuchar aquel chillido de ave tan hermoso, tan sublime, tan lleno de significado. Me prometí a mí mismo jamás volver a hablar. La gente en el pueblo me ve raro, dicen que estoy loco. Ya no me hablan por mi nombre, ahora me dicen "el pájaro" y se ríen... pero no me molesta.
Alguna vez me pasó por la mente que siendo un ave volaría y volaría y llegaría al infinito, tal vez en mi condición de ave me hubiera sido más fácil saber dónde mora Dios.

Ese pensamiento me agita el sentimiento. No será que Dios nos hace tanta falta por que perdimos la noción de búsqueda? Yo a veces pienso que él fue quien me dijo... "no tengas miedo.. extiende tus alas... vuela"
Por las noches no puedo evitar sentir mucha tristeza al mirar hacia el cañón del diablo.

He llorado tanto y tanto y he dudado tanto de esta condición humana tan lastimosa. Quizás así vuelva yo a mi condición de ave de los abismos. Por que yo sé que dentro muy dentro de mi yo soy un ave, y mis alas están ahí esperando indefinidamente cuando sea posible remontar el vuelo.

Te digo algo importante? Tú nunca, por favor jamás dudes de tu condición de ave, extiende tus alas y deja que se vaya el temor y vuela, vuela y se libre, no dudes de tí mismo por que eso ya vi que no es bueno.

Tú eres un ave completa créemelo por favor.

Texto agregado el 15-12-2005, y leído por 228 visitantes. (0 votos)


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