No sé como será en otras partes, pero ya estoy harta de que se ofrezcan cosas y nunca se cumplan. Parece que tengo mala suerte o me ven cara de buena persona pero cada vez que uso un servicio, algo pasa que tengo que retractarme de todos los elegios que he dicho al respecto y tragarme mis palabras con un amargo sabor a "te hicieron tonta de nuevo".

Para muestra un botón y comenzaré por el más pequeño para terminar con el más grande:

Compré un hervidor de agua y lo elegí, precisamente por ser un producto nacional. El producto extranjero era un poco más caro pero decidí invertir en lo hecho por compatriotas.

Llegué a mi casa feliz con la compra y dispuesta a tomarme un rico café con la nueva adquisición pero grande fue mi sorpresa cuando, al enchufarlo éste no funcionó. Tendré que ir a cambiarlo y para eso manejar varios kilómetros y hacer valer la garantía. ¿Por qué venía malo de fabrica? ¿No hay acaso control de calidad antes de echar estos productos al mercado? o ¿tendría yo la mala suerte de sacar "el premiado"?

Cinco meses atrás, compré un audífono para mi anciana madre que gracias a la sordera, se está aislando del mundo. Cuando busqué en la guía de teléfonos un lugar especializado, me llamó la atención uno en particular por su renombre mundial. El vendedor que me atendió fue muy amable y me ofreció el oro y el moro. ¡No te preocupes! me dijo muy cortés, yo personalmente me ocuparé de tu madrecita. Iré a verla mensualmente y me preocuparé de que su audífono funcione a la perfección. Me he enterado que casi no lo ocupa por molestias, ruidos y pitos y, todo el tiempo que llamo pidiéndole a este "comprensivo y excelente" vendedor que vaya a verla, no ha mostrado ni la punta de su oreja en la Residencia donde ella vive. Hoy lo llamé y lo mande a buena parte exigiéndole que vaya o tendré que usar la típica extorsión de "enviaré una carta al periódico con nombre y apellido para asegurarme de que no le mientas a nadie más". Me prometió que mañana iría sin falta.

Compramos un departamento tiempo atrás con el fin último de tenerlo como inversión. A la primera lluvia, el papel mural se despegó por filtración de agua en el ventanal del living. Ahora la constructora dice que no es problema de ellos y que no responderán. Tuve que recurrir al chantaje de la carta al periódico y quedaron que reestudiar la situación.

Mandé todos los regalos de navidad por encomienda a través de la empresa de correos. La vendedora muy gentil. Le puso la calcomanía de FRAGIL a todos y cada uno de mis paquetitos. La mayoría de los regalos llegaron con algún "cariñito" y uno simplemente, llegó roto. Llamé a la empresa que ofrece el servicio más rápido, seguro y cuidadoso del país y me dijeron que ellos no se hacían responsables por el trato dado dentro de los camiones. ¡Qué respuesta! Le contesté de manera burlona que seguramente los paquetes se agarraron a puñetazos dentro y que mucho me hubiera gustado estar presente para darle uno también a los "humanos" que los guardaron dentro del camión.

A mi domicilio llegó una boleta de la empresa de seguridad que tenemos en todo el barrio. Era el número de mi casa pero no correspondía la calle. En este documento aparece el nombre, la dirección y el número de cédula de identidad del abonado del servicio. Afortunadamente soy honrada pero ¿qué hubiera pasado si cae en manos de algún inescrupuloso? Con todos esos datos podrían reventarle la cuenta corriente a la pobre señora que contrató este "servicio de seguridad". Pensé: menos mal que ellos nos cuidan......

Estoy enojada. Si. Muy enojada. Hace dos semanas hubo elecciones presidenciales y todos los candidatos ofrecían el país que todos queremos. Yo, a través de esto, digo fuerte y claro el país que NO quiero. Basta de abusos y mentiras. De ahora en adelante exigiré al comprar algo, que salga funcionando desde la tienda; al cartero lo voy a poner de vuelta y media por flojo; no mandaré nada más por correos y lo haré por valija de buses; cuando me compre otra propiedad (como si fuera tan fácil), exigiré garantía real después del primer invierno y primer verano; cuando algún vendedor se pase de listo, llamaré a su jefe y le pediré que avale todo lo que éste me ofrezca.

Si a algún amable lector le ha pasado algo parecido, exijamos nuestros derechos a pataleos y que no nos pasen "gato por liebre".

He dicho.