Una mujer fácil. ¿En verdad es tan indignante como suena?

Varios días son ya que he pensado en adoptar ese rasgo de personalidad tan curioso, aprovechado y desechado por los hombres y tan vacío en lo profundo de la verdad.

Muchos no se dan cuenta de la verdadera intención de una mujer al coquetear. No señores, no se debe a que haya en ustedes algo especial. En algunas ocasiones es sólo para obtener algún gesto de amor. El amor que en todo momento hace falta. No señores, no es para dar un brinco a su colchón, es para dar un paso hacia su corazón.

Porque es incluso que hasta en los brazos de un extraño hay cierto calor y es cuando alguno de ustedes señores muestra alegría al sostenernos junto que de nuevo y por pocos segundos, el hoyo negro en el universo vacío del corazón forma una estrella.

Es que es tan fácil proponerse querer a alguien y tan difícil adivinar el pensamiento de desprecio justo antes de ser lastimada.

Una mujer difícil. Es en verdad tan solitario como suena.

Varios años son ya que he forjado en mi rostro esa mirada insinuante que atrae y a nadie pertenece. No hay alegría en ella, porque al final del día, esa misma mirada busca y no encuentra y no comparte y pasan los días y se vuelve más triste.

Una mujer y punto. No hay extremos. Está el presente y la sonrisa pintada de colores en bienvenida.