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Una promesa es como una apuesta, pero con Dios.

Empecé a andar sin apoyar la pierna derecha, esa era la promesa, no me fue muy difícil, con encoger la pierna era suficiente. Curiosamente lo complicado fue el no equivocarme de pierna, pero con el tiempo al ratito de llevarla encogida se dormía y resuelto el tema.
Cuando uno mantiene una promesa con fe la recompensa no tarda en llegar, yo quería trabajar, vamos yo, mis padres, mis hermanos, mis amigos, mi novia, vecinos y conocidos, el frutero Chema y en fin a todos a los que debía dinero.

No estaba demasiado preparado para el temario que presentaron en la oposición y al terminar las pruebas del ministerio no esperaba nada.

Me llamaron a la entrevista – ¡Increíble! - me hablaban de que estaba dentro de no se que cupo que tenían que seleccionar con minusvalidez, no me dejaban hablar, estaban entusiasmados y alegres, tampoco me extrañaba recordando los que estaban esperando la entrevista fuera, me fue imposible sacarles del error, menos mal que me quedaba la prueba médica y en ella saldrían del equivoco.

El médico era tonto, se diferenciaba de los de la sala de espera que este estaba acostumbrado a sorberse las babas y no se le caían por el labio, que ser más entupido, al decirle que no tenia cartilla de la seguridad social porque nunca había trabajado ni ficha médica pues lo sano que estaba saltaba a la vista, me tendió la mano y me dijo – Así me gusta, ¡con dos cojones!- y certificó que era cojo de nacimiento.

Y aquí me tenéis con la mejor plaza de aparcamiento en este lujoso y señorial edificio que es mi centro de trabajo, haciendo mis pinitos literarios cuando necesito entretenerme entre el café de las diez y el aperitivo de las doce.

¡Coño! me olvidaba, en la puerta de mi casa han puesto las señales para que aparque yo solito en ese sitio, al principio me daba corte, pero estar dando vueltas como un gilipollas teniendo ese sitio, pues no.

El año que viene termina el plazo de la promesa que hice, bueno, será cuestión de ir entrenándome a ver si se estira la pierna, que todo será que al final tenga la desgracia y me quede cojo.

Texto agregado el 26-12-2005, y leído por 126 visitantes. (1 voto)


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