Mamá triste  
       
Se fue tu amado esposo para siempre 
Sumiéndote en desesperanzas 
Te partió el corazón una angustia eterna 
Con sensaciones de soledad extrema 
Derramas melancolías en lágrimas secas. 
 
Quiero romper la celda de tus alborozos, 
y sepultar tus agobios, 
aunque sea robándote una fugaz sonrisa 
con bromas repetidas, 
que disfrazan mis saludos. 
 
Quiero recuperar esa mujer 
de silencios largos, de sueños optimistas, 
de pechos surtidores de leche y nobleza, 
manos frescas de fiebres infernales 
de caricias oliendo a jabón y lavandina. 
 
Amante orgullosa, fiel y sumisa 
Una leona criando cachorros 
Soportaste tropiezos con entereza 
En silencio, sin quejas. 
 
Quiero recuperarte y no puedo 
tal vez ni lo intento, ni lo sé, 
no comprendo los prejuicios que te esclavizan 
carceleros por herencia o vivencias 
Que alargan tus tristezas. 
 
Quiero recuperar tus alegrías, 
tus días calmos sin sobresaltos, 
la tranquilidad de tus descansos, 
los premios que te debe la vida, merecidos, 
que el destino injusto tiene escondidos. 
 
Acciones que no hago, 
deuda con saldo sin decisiones de pago, 
remordimientos de mi existencia, 
deuda que crece porque aun me alimentas 
con sonrisas de ojos tristes  
y con temerosas caricias 
que ignorando mis canas 
quieren atrapar mi infancia lejana. 
 
 
 
 
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