Aprenderás a saborear
Con arte casi religioso
Los huesos doloridos de tus actos.
Será tú condena el exilio
Hacia la más austera humildad
Porque demasiado tiempo
Sembraste sal en heridas sometidas.

Yo recuerdo tu boca ancha
Palabreando por el alto honor
Vociferando por la astuta gloria.
La lección ira por tus venas
Royendo tu ingrata altanería,
Pues tu pertinaz perjurio
Fue solo un caldo de ideas muertas.

Amigo: ladrón de lo bueno
Ni un Dios es tan altanero,
Recuerda que solo eres barro
Y que palabrear con engreimiento
Es solo de seniles dictadores
Alojados en el báratro del descontento.-

“...De otro pecado”
Macrúz.-