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Último gol gana todo

Úbeda nos mete el segundo gol cuando quedan doce minutos, “un taponazo seco que dejó sin opción a Herrera”, como dice la voz estridente del relator.

Maldigo por bajo, mientras el taxista me mira de manera irónica a través del espejo, al tiempo que lanza con voz burlesca un “parece que hasta aquí no más llegaron los chunchos...”.

Le devuelvo una mirada de pocos amigos, clavando la vista en el escudo de Colo Colo que cuelga del espejo, y le contesto con un tono que, me doy cuenta sin arrepentirme, es muy agresivo y cortante “Aún falta partido... preocupese del camino mejor. ¿Cuánto queda para llegar?”

El tipo me mira ofendido, y borrando la sonrisa de sus labios me dice de manera seca. “Yo sé bien como manejar. El tiempo depende del tráfico...10, 15 minutos.”

Me reclino en el asiento, y nervioso miro el reloj. Debería alcanzarte, a menos que hayas llegado demasiado temprano, y ya hayas embarcado...pero no, te conozco, eso no pasará. Como siempre habrás hecho la maleta a última hora, contra el tiempo, apuradísima, para llegar corriendo al aeropuerto con el tiempo justo para fumarte dos cigarros antes de embarcar, algo despeinada y con la ropa arrugada pero siempre inmutable en tu sonrisa deliciosa.

El comentarista de voz pausada dice que “pese a los esfuerzos de la U, el partido está liquidado. Colo Colo ya es campeón”, con lo que el taxista no puede evitar dirigirme otra mirada llena de sarcasmo. Hago como que no me doy cuenta, y me pongo a mirar por la ventana.

El descuento llega de pronto, cuando los comentaristas parecen haber perdido atención en el partido y discuten si esta es la estrella 23 o 24 de Colo Colo. El anuncio del gol cae así, de improviso, instantes largos de angustia en que sólo escuchamos un grito largo y destemplado, sin saber a favor de quien es. La U. Gioino. El taxista no puede evitar un insulto de preocupación en voz baja, mientras yo aprieto el puño sin hacer ruido. Vamos. Todavía.

Miro el reloj de nuevo. 6 minutos para el fin del partido. 50 minutos para tu vuelo. El aeropuerto se ve en la distancia, a un par de minutos, y comienzo a pensar en que te voy a decir, en como voy a explicar que este ahí ahora, cuando te estás yendo, cuando en silencio decidimos que lo mejor era no decir nada y asumir que no valía la pena hacer el intento.

Pienso en tu despedida, anoche, cuando nos invitaste a todos a tu casa, y ese abrazo largo y estrecho en que en que los dos nos quedamos con una frase atravesada en la garganta, la frase que después leí en tu mirada, tus ojos negros y un poco tristes mientras yo me subía al auto, “yo también, pero me voy mañana.”

Después no pude dormir, el pecho apretado al pensar en ti, hasta que decido que debo alcanzarte, aunque sea poco razonable, aunque tenga todo en contra salvo esa mirada que me diste. Te busqué en la mañana, por todas partes, hasta que me entero que cambiaste el vuelo, que te vas en la tarde y no en la noche, y mis entradas a la final del campeonato se cambian por esto, una carrera frenética en el taxi de un colocolino.

Me estoy bajando del taxi cuando un centro de Cancino termina en los pies de Rivarola y “con un derechazo mordido que pasa entre un bosque de piernas sorprende a Bravo”. Empatamos. Ahora no puedo reprimir el grito de alegría, aunque el taxista me mire con furia y lanzándome el vuelto me grite “Bájate luego, chuncho!!”

Corro por el terminal hacia policía internacional, mientras en la radio de una tienda alcanzo a escuchar que hay penal a favor de la U, que los colocolinos reclaman, que expulsan a Espina, que lo va a patear Rivarola y que esta es la jugada que define el campeonato. En el último minuto.

Te alcanzo a ver, a un par de pasos de cruzar la puerta, y como aún estoy a unos metros grito tu nombre. El hombre de la tienda me mira curioso, mientras uno de los policías se pone en estado de alerta. Te das vuelta, sorprendida, y mientras escucho por la radio que Rivarola corre para rematar el penal, encuentras mi mirada, y sin decir palabra me sonríes.

Texto agregado el 22-01-2006, y leído por 109 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
22-01-2006 Al votar se borró mi comentario. Pero filo. Me gusta como narras algo a través de otro algo y que te salga tan bien para rematar. Soy de la U, y te lo agradezco, porque de verdad me encantó. Muchas gracias. Arroz. Ensalada
 
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