TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / gus_lit / El Ministerio

[C:174937]

El funcionario supervisor A1-345 había sobrevivido por años a los caprichosos movimientos del piso de parquet del viejo Ministerio, saliendo indemne de incontables cambios de gobierno, batallas internas, batallas externas, conflictos políticos, conflictos sentimentales y hasta conflictos espirituales, producidos por la verdadera legión de fantasmas que pululaba por el edificio.
Generalmente eran conocidos por los serenos, pero a veces se manifestaban ante los funcionarios que se quedaban en las noches a hacer horas extras, empujados por la urgencia o por la oportunidad de ordeñar algunas gotas más de la teta estatal.
Pero los fantasmas no asustaban al funcionario A1-345. Por más que el fantasma del contador A2-457 recreara una y otra vez los espasmos del síncope cardíaco que lo ultimó en el día anterior a su jubilación, A1-345 permanecia inmutable en su escritorio, con el reojo de la vista atravesando la semitransparente alma en pena, fijo en los sospechosos movimientos del sereno plumereando el cuadro recién colgado del flamante presidente y con el el oido atento a los intrigantes susurros de los otros funcionarios inclinados sobre los expedientes.


El proyecto viene retrasado. En buena hora el retraso, y las oportunas horas extras y la luz azul iluminando la alfombra desierta del inmenso piso del ministerio, vacío de todo signo de vida a excepción del box de acrílico, en donde la actividad bulle frenética.
Los funcionarios trazan ágiles movimientos en el aire con sus guantes, llenando con ráfagas de datos las interfaces esféricas que flotan sobre el piso. El medidor de actividad que fluye ante los ojos del funcionario supervisor XZ-1.000.457.545 muestra picos de producción imponentes.
-¡Qué hijos de puta! ¡ahora sí que laburan!- piensa mientras aplica una descarga de culpa por baja productividad en el funcionario 7, sólo para levantar la moral de los otros.
Los cascos de realidad virtual le impiden ver el centelleo resentido en los ojos del castigado, pero no el encogimiento asustado de hombros de los otros, que abandonan la esperanza de cejar por un momento en su esfuerzo y optan por mantener el ritmo vertiginoso.
El proyecto en pleno climax de atraso y urgencia devora la atención de XZ-1.000.457.545. Sólo puede salir por un momento de tal hipnosis al esuchar ese saludo.
Ese parco "Buen día" que puntualmente se manifiesta a las 7:45 AM, haciéndole caer una piedra de sobresalto en su estómago y obligándolo a escudriñar con la mirada para dar con alguien, humano o espíritu que pueda explicarlo.
Pero no tiene tiempo de pensar en eso, la situación es apremiante. Ahora tiene que vigilar los movimientos de los empleados, atento para detectar el nuevo flagelo del fútbol virtual, al que tanto ha jugado en su oficina, pero que no puede permitir ni permitirse ahora. Regularmente se insmiscuye en el espacio virtual para ver si sus subordinados están boludeando con eso. A veces los agarra, otras no, pero siempre sonríe irónicamente ante el desvanecimiento repentino de la cancha y la aparición en escena de los formularios de carga, o al creer captar la terminación de ese movimiento apresurado.
En momentos así es que siente el ojo sin cara y sin sentido del propio Ministerio clavándosele en la nuca. Constantemente se pregunta quién será el que sonríe socarronamente ante la desaparición del crucigrama en su proyector virtual y la aparición arrebatada de las pantallas que vigilan a los contratados ocupando su lugar.


A1-345 pasaba el día resolviendo crucrigramas, oteando de vez en cuando por sobre las mesas de madera de los subordinados para detectar el vano agitar de papeles que era sinónimo de estar paveando. O las manos cubriendo las risitas que sonaban sordamente sobre el tango que chirriaba desde la radio forrada en cuero.
Sentía pasar tras de sí a los funcionarios cargando expendientes, simulando aires de urgencia y preocupación, complaciéndose cuando podía comprobar que acertaba con la persona a la cual iría a visitar el paseante, imaginándose las palabras acerca del partido del domingo o los comentarios acerca de lo que pasó en el radioteatro.
Siempre les recordaba a sus subordinados que no se levantaran de sus escritorios sin llevarse al menos un expediente, aunque fueran al baño.
Esa costumbre de acarrear expendientes le resultaba útil. Cuando se sentía trabado en la resolución de un crucrigrama rumbeaba para el baño con una carpeta, y allí, sentado en el inodoro y usando la carpeta para apoyar el diario, lograba una mayor inspiración.
Además podía escuchar a los que acudían a usar los minguitorios y enterarse de que al gerente de planifación agraria lo habían puesto en la cuerda floja porque un tipo "de arriba" quería hacer entrar al cuñado que se había recibido de ingeniero, o de que a un tipo de limpieza lo rajaron porque tuvo un affaire con la secretaria del gerente del sector BZ-341.
Pero al fin de cuentas, poca de la impresionante cantidad de información que recolectaba le era de alguna utilidad, ya que siempre terminaba disuelta en susurros disimulados que la transmitían intencionalmente deformada.
Lo principal era tratar de pasar lo más desapercibido posible, no llamar la atención por nada, evitar que el ojo gigante del ministerio se le clavara en la nuca.


No llegan. No llegan. Las horas extras se acumulan una tras otra, y el sueño y la tensión se traducen en los errores que demandan más y más horas para corrección. La pupila gigante apoyada en la nuca, las pestañas del ojo ministerial se cierran y abren rozando la espalda sudada del funcionario supervisor XZ-1.000.457.545.
Ya son las 7 de la mañana del domingo 7 de Agosto de 2035. Dentro de poco llegarán los demás, comenzarán a alimentar al monstruo de cemento, con sus caras distendidas y sonrientes, y sus bocas malintencionadas comentando que el supervisor del sector 4887-G juega al equilibrista sin red y que pronto caerá en las fauces de los leones.
La luz del amanecer que se cuela por los inmensos ventanales tiñe de amarillo las interfaces de ingreso de datos, los cascos de realidad virtual cabecean en sueños relampagueantes, mientras los brazos acalambrados guían los guantes en movimientos pesados.
Ya todo está perdido, ya nada importa.
Envía a todos a sus casas, no sin antes felicitarlos por el esfuerzo y se queda solo en su escritorio, esperando el espectral "Buen día" que quizás le serviraá para ocupar la mente en otra cosa.
De nuevo las oficinas ya desiertas del ministerio tras las chispas de luz y el súbito despertar asustado por el saludo, y de nuevo las ganas de dilucidar el misterio, distenderse en otra distracción y así dormir un poco en la mañana, para luego presentarse ante los "tipos de arriba" a pedir eternas disculpas y estirar un poco más los plazos que ya ni siquiera puede mensurar.
¿De dónde podría venir ese saludo? o mejor dicho... ¿a qué fantasma pertenecería? ¿Sería una joda hecha con hologramas parlantes?
Los boxes desiertos, el pasillo, el baño, la cabeza bajo el grifo, la idea del fantasma que no puede reemplazar la de las caras fruncidas de los "tipos de arriba", el puñetazo de impotencia sobre la mesada y el sordo derrumbe del espejo y la pared.
Siguiendo el ensueño en que había caído varias veces en esos días y noches infernales, se adentra en la negrura del hueco.


La ansiada oficina propia, ganada con la pasividad de tantos años de permanencia inspiraba una sensación de seguridad en el funcionario A1-345. Desde que la obtuvo, se encerraba por ratos cada vez más largos en ella, concentrándose en las oscuras definiciones del crucigrama.
Las carpetas de los expendientes se manchaban con el gran titular en la otra cara del diario que saludaba ferviente a la nueva revolución patriótica. Todavía estaban blancas las hojas de los diarios recientes que alertaban acerca de agitaciones y levantamientos de "apátridas" y "traidores" que querían alterar el orden.
Una de las cosas extrañas que sucedieron en esos días fue la amenaza de bomba, ocasión en la cual todos se precipitaron despavoridos a la salida, quedándo solo algunos rezagados, entre los que se contaba él mismo, contemplándolo todo a través de la puerta entreabierta de su oficina, detenidamente y con ojo sagaz, a ver si de ahí podía enterarse de algo o aprovechar en alguna cosa aquel río revuelto.
A medida que aquella situación se alejaba en el tiempo, comenzó a crecerle el tedio y el aburrimiento. Ni las idas al excusado ni el paseo con expendientes lograban inspirarlo para terminar de resolver aquel crucigrama que se había puesto tan enmarañado. Para tratar de concemntrarse en la resolución, dejó el diario sobre la mesa, siempre en el mismo lugar, en el crucigrama, con esas tres casillas vacías, esperando el arrebato de iluminación para llenarse, mientras la gente a su alrededor se desdibujaba de a poco quedando sólo una masa informe a la cual gruñía "Buen día..." todas las mañanas para luego encerrarse en su oficina por el resto de la jornada.


XZ-1.000.457.545 sale pálido del hueco. Cuando comunique el hallazgo, lo primero que harán los nuevos tipos de arriba será felicitarlo por el mismo y también por su esfuerzo y el de su equipo en tratar de terminar el proyecto, el cual lamentablemente no se completará por obvias razones de reorganización. Le recomendarán que descanse bien para luego enfrentarse a las cámaras y periodistas que seguramente le acuciarían por un buen tiempo. El ojo del Ministerio por fin mirará para otro lado. Luego surcará el cielo congestionado de las 8 de la mañana, dormitando con el sonido de fondo del noticiero que hablará de profunda conmoción en el Ministerio de Planificación, médicos forenses y arqueólogos siguen investigando el misterioso hallazago. El esqueleto encontrado pertenecería al de un antiguo funcionario que habría trabajado en el siglo pasado, que habría resultado víctima de un derrumbe o explosión accidental. Fuentes confiables revelaron que el diario de papel encontrado sobre la mesa, estaría fechado en 1952.
Ampliaremos.
Cambiando el ángulo de la información, una verdadera multitud saludó ayer por la tarde al nuevo presidente.Sus promesas fueron: orden, seguridad y trabajo, desde aquí le brindamos todo el apoyo al coronel Atilio Alvarez y ponemos la esperanza de todo el pueblo en este proceso de reorganización. El pasado no es lo que nos debe importar ahora, sino el futuro que... Tenemos más información acerca del hallazgo que tiene en vilo a todo el país... El diario de papel habría sido incautado por las nuevas autoridades, al parecer contendría información sensible que no convendría revelar en estos momentos... Algunos historiadores habrían sido removidos de la investigación... Se habla de pruebas históricas que pondrían en tela de juicio nuestro nuevo tipo de gobierno... Ampliaremos...

Texto agregado el 22-01-2006, y leído por 136 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]