-Mi época preferida- dijo el pelón – la comprende en lapso que abarca desde La guerra de los pasteles, hasta el Porfiriato
-¿los pasteles y qué?- preguntó el de sombrero al tiempo en que se establecía junto a la puerta del lado contrario y se sujetaba del pasamanos
-El Porfiriato- reiteró el pelón y se acomodó aquel objeto grande y plano para que éste no resbalase – Quiero Fundar el PNP, (Partido Nacional Porfirista)
-No es mala idea- agregó un tercero.
-Necesitamos otro mandatario, como el señor Díaz
-Ayer, güey, cuando estábamos en las chelas , que se para un güey y Grta “¡Arriba la monarquía!” “¡queremos un rey sabio”.
El metro frenó y tanto el pelón como el tercero se vieron obligados a tocar metal.
-Una monarquía constitucionalista, me cae.
Todos rieron, más él.
-¿A qué hora corriste al Alfredo?- preguntó el de sombrero
-A las siete y media. Bien pinche temprano.
El pelón soltó una pequeña risita “ste cabrón”
No recuerdo a bien sus rostros, pero estaban vestidos como Roqueros, el pelón y el de sombrero, el otro se vestía casualón.
-Aguántanos en Hidalgo con los otros.
-¿En hidalgo?- se acomodó el sombrero- falta una nomás.
-¿Va a ir el Manuel?
-Sí.
Callaron unos segundos, luego continuó
-Pinche Manuel pendejo. Lo único chingón de ese güey, es que tiene equipo profesional, pero la caga. ¿Has visto sus fotos? Stan mejores las tuyas.
En ese momento todo me quedó claro, comprendí la importancia de ese objeto largo y plano. Era como una tabla que estaba cubierta de periódico .
-Ja, monarquía constitucionalista- recordó el pelón- Ste cabrón.
Luego bajaron el Hidalgo y me fue imposible seguir la conversación.