atravieso la cortina
blanca de niebla
mi país de manos cortadas
tú con tus inmensas calles
y carreteras de lenguaje que
se dilata por tus brazos lánguidos

después de todo,
el final palpita en mi pecho
(cómo un dedo nervioso sobre
una mesa cualquiera)
la llegada de la tragedia
que se desplaza sobre mi
rascar y rascar mis ojos
cómo si los pensamientos
se pudieran arrancar con
el simple movimiento de
estrujarme la cara completa

sucederá en un momento cualquiera
(no se cuál, más allá de la lejanía
de otro día que no es hoy ni será mañana)
que me tropezaré sobre miles de libros
y miles de palabras diluidos
y caeré en el lodo
no me podré levantar
me secaré al sol
agrietada moriré en la orilla
victima de mi propia desesperación

(no quiero terminar así,
acorralada por mis acciones,
deseos y sueños
(un que se yo gritado)
el pensar de todo y nada
que se funde en mi cerebro
terminar con este universo...
tan pequeño...tan pequeño....
terminarlo con mis manos)
aparecerá quizás una esperanza callada
un gota de agua que caerá sobre mi mano
y mojada esperaré la mañana....