...Y que si las ráfagas se adueñan inoportunamente de tus sueños, te den tiempo suficiente a aferrarte a ellos y puedas ser transportado como la marea, en un vaivén inestable y mullido.

...Y que si la lluvia ahoga todos tus recuerdos, puedas embarcarte en tu memoria y librarte a las tempestades que la furia de ése mar depara.

...Y que si las ramas quebradizas caen pesadamente, interponiéndose en tu camino, arrancando de raíz todos tus mayores anhelos, retengas hasta el final, en la copa de tu propio árbol, la certeza de que cualquier gajo pequeño puede pronto hechar raíz.

...Y que todas las cenizas que cubren tus mejores momentos se conviertan, en un instante, en una enorme sonrisa con la que puedas enjuagar todas las heridas.

...y que si tu voluntad decide de pronto escurrirse entre las desesperanzas y anhelos vanos, puedas tenderle tus redes de seguridad y confianza, y seguir al mando de esta nave alocada que te tocó pilotar.

...Y, por último, que si tu voluntad cobarde, decide de pronto escurrirse entre las desesperanzas y anhelos vanos, puedas tenderle tus redes de seguridad y confianza, y seguir al mando de esta nave alocada que te tocó pilotar.