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Marcos es un chico de 17 años, pero que parece más chico por su pequeña estatura y su cara infantil. Es muy reservado, demasiado tímido e inseguro, siempre parece que anda perdido.
A pesar de ser un chico muy estudioso, abandonó el colegio luego de que su padre y su madre murieron en un accidente de auto, y se fue a vivir con Daniel, su tío.

Daniel tiene 31 años y fue el único sobreviviente en el accidente que los padres de Marcos fallecieron. Luego de una pérdida tan dolorosa, se ofreció a vivir con Marcos y ayudarlo a salir adelante. Ambos viven en un pequeño barrio, muy humilde, donde su tío Daniel había construido una casa hace ya varios años.

Daniel era una persona muy optimista, siempre andaba con una sonrisa en su rostro y le daba consejos a Marcos sobre todas las cosas de la vida. Pero nunca salía de su casa. "Algún día nos iremos de este sucio barrio", le decía a Marcos todos los días.

Y es que los vecinos de ellos, al parecer eran gente muy malvada y discriminadora. Marcos solo salía de su casa para ir a comprar o por algo muy necesario, y cada vez que salía, todos los vecinos lo miraban seriamente y murmuraban vaya a saber qué. Marcos no hacía caso y continuaba con su camino. Así era todos los días. Pero el chico nunca se preguntó por qué razón su tío nunca salía de la casa.

Una tarde, Marcos tuvo que ir a comprar unas verduras y salió a la calle. Para su sorpresa, no había ningún vecino en las veredas, así que esa tarde nadie lo miró de reojo. Caminó 4 cuadras hasta la verdulería y allí se dispuso a comprar, cuando alguien le gritó. Era una chica. Él no la reconoció, pero se trataba de Leticia, amiga de la primaria de Marcos, y hacía más de 2 años que no se veían. Marcos se sorprendió y la saludó, algo frío, pero es que desde la muerte de sus padres solo entablaba charla con su tío.

En medio de la charla, Leticia dijo: "Lamento mucho lo de tus padres y tu tío"... Marcos asintió con la cabeza y miró hacia abajo, pero luego reaccionó: "¿Mi tío?, preguntó extrañado.

"Sí. Me he enterado que tus padres murieron en un accidente de tránsito... y que te fuiste a vivir con tu tío, pero luego él no pudo con la tristeza y se suicidó en el baño de su casa..."

"¡No! Mi tío está vivo, estoy viviendo con él"

"Pero todos fueron a su entierro Marcos, y vieron el cadáver..."

"Estás loca... será mejor que nunca vas vuelvas a dirigirme una palabra... eres igual que esos vecinos que tengo... lo más rápido que pueda me iré a vivir a otro lado donde nadie me mire y se ría de mi desgracia."

Marcos, enfurecido, se fue corriendo y no compró nada. Leticia lo miró algo confusa. Marcos corrió a toda velocidad hasta la casa y al llegar, observó a 2 vecinos hablando en la vereda de enfrente. Al verlo, ambos dejaron de charlar y no lo paraban de mirar. Marcos entró en su casa algo desesperado.

"¿Tío? ¿Dónde estás?"

Pero nadie contestó. Marcos recorrió todo el hogar y no encontró a nadie. Estaba... solo. Se preguntaba dónde pudo haber ido, si su tío nunca salía de su casa. Se sentó a esperarlo durante varias horas, pero nadie llegó. Una pequeña lágrima se derramó sobre su rostro. Marcos comenzó a desesperarse aún más, no podía pensar con claridad. Algo nervioso, comenzó a tirar vasos al suelo y a romper todo lo que podía romper. "No es cierto, él está vivo..." pensaba.

Salió a la calle y observó un grupo de personas que no paraban de murmurar. Enfurecido cruzó la vereda y les gritó: "¡Dejen de mirarme, son una basura, todos ustedes. Los mataré si lo siguen haciendo... ¿Dónde está mi tío? ¿Qué le hicieron?"

Pero nadie respondió, solo lo miraban tristemente. Marcos siguió llorando por varios minutos sentado en medio de la calle y luego se metió a su casa. Una vez dentro, se dirigió al baño. Allí descubrió a su tío ahogado en la bañera, llena de sangre.

"¡No!" gritó mientras trataba de sacarlo, no entendía nada de lo que sucedió. Pero ya era tarde, su tío ya no respiraba. Cerró los ojos unos instantes y una imágen se le vino a la mente, de su madre, diciéndole: "Regresaremos en 3 horas Marcos, iremos con el tío y tu padre en el auto a buscarte un regalo"

Al abrir los ojos nuevamente, su tío ya no estaba, y la bañera estaba vacía. ¿Había sido una imaginación? La calle estaba llena de vecinos mirando hacia la casa de Daniel. Uno de ellos exclamó: "Está dandose cuenta... es un comienzo... lo aceptará."

Marcos se dirigió a la puerta, y antes de salir, miró una foto de su tío: "¿Por qué tío? ¿Por qué me has dejado? Estoy solo...

Luego salió nuevamente a la calle, donde la multitud de personas que estaban allí comenzaron a aplaudir. Marcos, todavía llorando, los miró sin entender lo que sucedía. Entonces una señora se le acercó y le dijo:

"Marcos, no estás solo, por fin te has dado cuenta de la verdad. Estos meses has estado viviendo un sueño, pero ya es hora de despertarte. Tu tío no está, se fue hace mucho tiempo... pero ahora nos tienes a nosotros...

Marcos sonrió y por un momento pareció entenderlo. Esta historia podría haber terminado ahí, pero no fue así.Luego Marcos recordó la frase que Daniel le repetía a cada instante: "Algún día nos iremos a otro lugar, los dos..."

De repente, Marcos se soltó y volvió a meterse en su casa: "¡No! ¡Ustedes están locos! Mi tío está ahí dentro... no sale porque dice que ustedes son hipócritas... él prometió nunca dejarme solo e irnos a vivir a otro lugar, los dos... "

Marcos corrió a su casa y allí estaba su tío, sentado en el sillón: "¿Dónde estabas?"

Marcos sonrió y se limpió las lágrimas: "No importa, pero quiero que nos vayamos ahora... los dos..."

Daniel borró su sonrisa y lo miró seriamente: "Sabes lo que tienes que hacer..."

Mientras, la señora que lo abrazó, no se dio por vencida y les pidió a los vecinos una oportunidad más. Corrió hasta la puerta y tocó varias veces, pero nadie abría. Un señor muy corpulento se acercó y comenzó a golpear la puerta varias veces, hasta que finalmente la tiró.

La señora entró rápidamente en la casa, todo el suelo estaba mojado. Las huellas daban hasta el baño... la señora caminó hacia allá, y todos la seguían. Al entrar, descubrieron el cuerpo de Marcos, en la bañera llena de agua y sangre...

"No puede ser... se suicidó...", exclamó ella.

Todos ignoraban que detrás de todos ellos, Daniel y Marcos estaban sentados en el sillón, de la mano. Miraban hacia el baño, pero parecían no ver a la multitud. Finalmente, Daniel dijo:

"Estamos listos... podemos irnos a un lugar mucho mejor"

Los dos sonrieron, se pusieron de pie y se fueron caminando, a los pocos segundos, no se vieron más...

Texto agregado el 07-03-2006, y leído por 99 visitantes. (0 votos)


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