No me pidas que regrese, no insistas,
por más que busques la flor en lo marchito.
Tu anhelo es solo vano en tus conquistas,
un eco hueco en tu triste grito.
El tiempo fue el jardinero infiel,
que arrancó el verde de nuestro querer.
Olvídate de mí, que el sol aquel
ya no calienta, solo da pesar.
Piensa que otro amor espera tu mirar,
y en él renace un nuevo amanecer.
No te aferres a este viejo anhelar,
que en lo que fue no podrás florecer.
Nuestro amor murió, y no resucita,
por más que implores con hondo pesar.
Tu súplica, aunque sea infinita,
jamás podrá el pasado retornar.
No me pidas que regrese, no lo haré,
ni aunque la noche envuelva tu destino.
En mi alma la esperanza la quemé,
no hay vuelta atrás, nuestro amor fue
el fin del camino.
No voltees la mirada hacia atrás,
por favor, mi amor, no mires, te lo ruego.
Continúa tu senda, deja el compás
de un ayer que ya solo es fuego
que se extingue. Imagina tu vida
libre de mí, de este lazo fatal.
No me pidas que regrese, no pidas,
que ya la puerta de mi amor está inmóvil.
Entre nosotros, un abismo cruel,
que el tiempo ha ensanchado sin piedad.
No me pidas que salte a tu nivel,
no cruzaremos esta vasta soledad.
Sé que tus brazos, cansados de luchar,
siguen tendidos en un vano afán.
No me pidas que regrese, no, jamás,
mi corazón ya no puede volver a amar.
NTG.
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