| Este poema está inspirado en una situación real.Una mujer que es para mí, símbolo del respeto humano y modelo profesional, me contó su historia, mientras yo pude observar cómo su cuerpo se desparramaba a la orilla del mar:
 Un hombre viajero, maduro y culto, se acercó a ella con grandes palabras, con grandes ideas y logró sacarla de la cárcel donde había quedado aprisionada por años. Le dio vida de nuevo haciéndola su amante... Ella lo amó más que nada en esta vida y fue para ellos la realización de un sueño de cielo, luna, estrellas, sol y mar; hasta que fue interrumpido por el cruel destino y ella quedó convertida sólo en la arena de la playa... testigo de tantos amantes que vienen y van...
 
 
 DESCUARTIZADOS
 
 
 Yo le contesté,
 puso ensalada de neuronas en mi lengua,
 y logró transformarme en frases de respuesta…
 Quise ser yo,
 cuando su mirada almibarada
 descubrió una mujer en la cárcel del tiempo.
 Él pasó su mano
 a través de los barrotes
 enumerados de estigmas y códigos escritos,
 y colocó una caricia  en mi mentón de niña
 con sus dedos de historia.
 
 Yo le sonreí,
 en sus ojos viajeros
 no cabía la burla ante una gaviota
 temerosa de volar.
 A través del cristal enfurecido,
 fue  un compañero
 de sueños, de secretos,
 de sintonías que ya no son dos,
 sino una sola frecuencia,
 sin razones, sin motivos,
 sin lógicas de diálogos en figón.
 
 Yo  lo amé,
 le di tanto de mí,
 que logró transformarme en arena de playa…
 y ahora sólo puedo disfrutar
 de imágenes
 que se van hundiendo en mí...
 sombrillas, toldos,
 envases de licor recalentado,
 dedos que se encajan
 y cuerpos de otros amantes
 descuartizados.
 
 
 Orgi
 
 A dos plumas con SorGalim
 
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