E.E.A.A




Indeciso, meditabundo,
suspendido sobre la alfombra turbia, silente,
oscuro, sosegado, iracundo,
ahogado entre las puntas de un tridente.

Sofocado por la triste humanidad
sus ojos a la infinidad ya sin destello,
acompañado solo por la infinita oscuridad
y rodeado de una hermosa seda esta su cuello.

Columpio mortal de inerte existencia,
balancín plateado colgado de un pomar,
pajarillo moribundo que su canto silencia,
bohemio ebrio que busca a quien amar.

Callaste para siempre el sonido de la vida
y silenciaste el susurro de la mar.
Tocaste eternamente la puerta de salida,
te fuiste una mañana para no regresar jamás…




Yumbo, valle 19 de diciembre de 2005