Se orienta la musa al equilibrio
me da pena desperdiciar este fuego
tantas veces reprimido, tantas veces
cuando decido no mirar más al cielo.

Me ha dado las ganas de hacer brotar
la piel que nunca me ha llegado
el perfume, sensaciones y placeres
de aquello prohibido, tan amado

Sed para la lengua y los no recuerdos
le pongo fantasías a mi cerebro
y descargo ilusiones, salvajismos
a lo que quise querré y hoy lo quiero.


Qué esta vida me ha negado por los tiempos
Hoy la guardo en mi alma bien helada
Tendré la piel, su entrega, un todo sin reparos
Ni censuras, y la llevaré sin piedad con los vientos.
a los montes y llanuras como macho cabrío
y parirá con la sangre, mi sangre.


Poema escrito en 1950