| Es quizas permanecer acorralado en una tierra llena de verdes follages, como te recuerdo a ti, mi querida damisela barata. Baratilla de los cielos y de los mares,De los surcos de oro y de bretaña.
 Agua de las aguas,
 luz de luces,
 Princesa coronada como amada reina,
 te he visto desfilar por los grandes misterios del cielo y de la tierra,
 estás hecha para producir amor y mil sentires del devenir pasional,
 muchacha loca del gran y limpio juego,
 de ires y venires,
 de soles estrellados y de largos fantasmas pusilanimes, que juegan a las puerilidades, a largos terrenos de entornos ciclícos y que no comprenden la infinitud del ser.
 Detrás de ti, oh, princesa amada, angel otoñal de los grandes patriarcas que no han visto una semana santa llevarse a cabo,
 mujer de lot y de noé,
 esposa de salomón y de josé,
 muchacha casta y pura,
 sigue recorriendo la tierra prometida, detras de mi gran amor y mil sortilegios te llevaras, por ser mi amada queridisima, de lindisimos corazones...
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