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Fin de semana con PSIKOTIKA

Siempre quise conocer a Psikotika. Me pareció, desde el primer golpe intuitivo, una chica conflictiva, una oveja descarriada, una de aquellas mujeres que no creen en nada, y que no dudarían en sacarte los ojos con las uñas, si fuera necesario.
Pero aquello no eran más que impresiones. Y como yo no me dejo llevar fácilmente de supuestos, decidí – luego de formar un ríspido contubernio con ella- en ir a visitarla el fin de semana pasado.
De hecho, no fue nada fácil establecer una relación con la susodicha. Tuve que deshacerme en azarosas súplicas y bochornosas lisonjas para convencerla. Después de mucho conseguí mover algún engranaje secreto, alguna tuerca de cordura, y logré echar a andar el anárquico mecanismo interno de su luciferino ego logrando que me recibiera en la Argentina, que es donde vive.
Llegué el sábado con los últimos soles de la tarde. El vuelo había sido bondadoso y el aterrizaje aun más benevolente. De modo que mi ánimo estaba resuelto, y mis ansias sosegadas en el delicioso olor del mate y en los arpegios llorones de la mandolina…
Sin embargo, una pertinente duda me atascó la sonrisa por unos segundos ¿ Cómo encontraría a Psikotika en medio de toda la gente apelotonada ? La respuesta llegó más rápida que un rayo.
Separada por una extraña aura, que la envolvía en una infranqueable burbuja de salvación, encontré su menuda figura de cuervo escuálido con ojos de animal de peluche, esperando impaciente, dando vueltecitas en su sitio como si se tratase de una fiera enjaulada.
Al parecer ella no había reparado en mi presencia y entonces decidí abordarla por la espalda en un sorpresivo y juguetón anuncio. No fue buena idea. Al sentir el contacto de mis manos sobre sus ojos se defendió como una posesa. Me echó al suelo con una llave maestra y me clavó la aguja del zapato en la espalda sin compasión alguna.

Cuando me recuperé del desmayo la encontré sentada frente a mi balón de oxígeno y espantando a los confundidos bomberos. Se arrodilló al lado de mi camilla.
- Che, mirá que boba que soy …, pensé que eras uno de esos apestosos mañosos que no me dejan en paz.
La miré consternado. En realidad era más bella de lo que imaginaba, con esos enormes ojos lanceolados indiferentes al mundo. Tuve que tragar saliva para hablar, entonces sentí el sabor a sangre.
- No te preocupes Psikotika, no es nada. En realidad tengo el ojo como una palta pero no es más que la hinchazón, no me duele nada …¿ Berenjena? No. es mi testículo …, y los rasguños, bueno con el tiempo …
Psikotika me abrazó conmovida.
- Ahora sentís algo ?
- No siento nada – le dije. Y en cierta forma era verdad. No sentía las piernas, ni los brazos, ni los dedos, pero no quise alarmarla - . Tal vez las piernas un poco entumecidas.
Psikotika se acercó más y me dio un cálido beso en la mejilla. Luego me preguntó :
- En este momento sentís las piernas ?
- Las tuyas o las mías – respondí, agónico pero en mi ley - , y ella se alejó de inmediato conciente de su embrujadora humanidad.

En la noche llegamos a su casa. Ella empujó mi silla de ruedas hasta el centro de su habitación y se retrepó en su destripado sillón muerta de risa.
- Viste la cara de la enfermera cuando le dije que nos íbamos con o sin permiso.
Moví la cabeza, contrariado; psikotika continuó. Ahora encendía el televisor en un canal porno : un encuentro sexual de un elefante con una mujer.
- La muy puta pensó que me iba asustar con sus estúpidas amenazas. ¡ Bah ! Yo las leyes me las paso por el culo entendés – exclamó y liberó un sonoro gas presentando la parte mencionada – y aun más , óyelo bien: yo me cago en la maldita burocracia.
Comimos algo ligero. En parte porque no se puede masticar bien con los dientes aflojados y ,más, porque Psikotika no hacía compras en el supermercado, ya que “ Ella no iba a contribuir con el sucio capitalismo que le quita el pan a Ruanda ”. La cuestión es que me acosté con el buche a medio llenar, pero feliz porque las lesiones no habían sido de consideración y porque, siempre optimista : ¡ Mañana sería otro día !.

Como es lógico no pude dormir ni un minuto.
Psikotika no duerme de noche. Al contrario – lo supe después, según ella misma – el tiempo nocturno era su tiempo preferido y el más fructífero en lo que a música se refiere.
Lo cierto es que la guitarra eléctrica sonaba como si estuviesen ahorcando un gato y su voz era un cántico de ultratumba capaz de exasperar la paz de los muertos.
Me arrastré hasta la cocina en busca de un escondrijo libre de la contaminación de aquel torbellino de ruidos trepidantes ( que eran sus cantantes y grupos favoritos, además).
Grande fue la sorpresa cuando llegué hasta el baño y encontré los utensilios de cocina, es más, la misma cocina encima del inodoro, y los pocos alimentos que conservaba en el botiquín de primeros auxilios.
Atarantado por la música me dirigí hasta la cocina y entonces me di cuenta de que ¡ No era la cocina !. Al menos no parecía. En las enormes ollas se encontraban macerando toneladas de excremento y en las vasijas y los vasos nadaban felices todas las cucarachas del mundo, devorando la úrea apelmazada en los costados de los recipientes, donde se podría, desde dios sabía cuándo, sus excrecencias líquidas.
- Esto no puede ser- pensé apoyándome en el pomo de la puerta para no caer –necesito salir a respirar … Tambaleando llegué hasta la puerta del patio. La abrí y entonces los carneros y los cerdos , vestidos con ropas de hombre, se me arrojaron encima.
- ¡ Por dios que alguien me ayude !

A la mañana siguiente Psikotika mostró unas convincentes disculpas, que acompañó con unas gordas lágrimas para hacerlo mucho más creíble y viendo mi rabia desarticulada pasó a explicarme su pavorosa filosofía de la teoría del caos.
- Sí. La anarquía y el caos reemplazarán las oxidadas articulaciones de las costumbres y la frustrante rutina social, la apestosa moral ...
¿ Por qué seguir las leyes?¿ Acaso no eran invento de hombres? ¿ Dios existe? ¿En verdad el dictó las leyes en la biblia ? Todo, absolutamente todo, eran patrañas de Estados Unidos que, según explicaba febrilmente, extendía sus tentáculos para atenazarnos en un abrazo dominador y sordo.
- Tienes toda la razón, Psikotika, pero no por eso vas a tener los zapatos en el congelador ?
- Tú no entendés, pibe. – Se arrebujó en sus pensamientos enmarañados – Yo soy la piedra en el zapato del imperialismo yanqui ; mis ideas encabritarán las olas de la rebeldía y entonces el proletariado, nosotros, tendremos el poder…
- No entiendo – proferí con sinceridad.
- Ha llegado el momento de acabar con la burguesía. El pueblo está harto de la sumisión. El poder de las masas, Marabú ; la lucha de clases, el levantamiento de la clase obrera … entendés ?…
No, no entendía. Pero guardé un prudente silencio e hice lo que debe hacerse en estos casos: seguirle la corriente.
- Por supuesto Psikotika. La lucha de clases …Ya estamos hartos, jeje , podrías sacar esa rana de mi café ?
Psikotika no se tragó la puesta en escena. Me miró de hito en hito, muy profundamente, adivinando, tal vez, mis ideas …y de repente murmuró :
- Ya necesitás una buen afeitada, Marabú.
- Cómo lo sabes
- Porque lo sé. Soy una experta. Me afeito las piernas cada dos días … Así que voy por una cuchilla y luego seguiremos charlando …
Dicho esto se alejó rumbo al jardín para buscar un … un momento …¡ Yo había visto un hacha ahí !


Ahora estoy en mi amado país. Me preguntó que habrá pasado con Psikotika ese día.
¿ Qué habrá pensado cuando desaparecí de esa manera ? ¿ Qué habrá dicho cuando no encontró su medicación antipsicótica ? Bien hecho. Nunca más me atreveré a visitarla así esté medicada y con camisa de fuerza. Y si el destino nos pone de nuevo frente a frente, en definitiva no le tocaré el tema político ( ¿Es necesario que muera Bush, Psikotika? ).
¡ Que bárbara ! Esta loca es capaz de desafiar hasta la ley de la gravedad …



Texto agregado el 30-04-2006, y leído por 410 visitantes. (11 votos)


Lectores Opinan
12-09-2006 Me he reido a mares con tu genialidad. Saludos a ambos. pickard
25-08-2006 ah, se me olvidaba, ni en tus mas oscuros y tetricos sueños serias capas de hacer rugir una guitarra como lo ago yo... saludos. guitarras_y_ron
25-08-2006 aja,aja,ajajajajajajajajajajajajajajaja... psikotika,jajajajajajaja... ahora el anarkismo es comer en el baño y cagar en la cocina, jajajajaja;bueno, cada anarko con su tema. de todos modos me gusto el texto, es muy chistoso... pero pskotika, eres solo el reflejo de mi sombra... guitarras_y_ron
11-08-2006 jajajajajaja ozuuuuuuuuuuuu :) me ha enkantado el texto ****************** GEHENA
30-04-2006 Muy bueno ***** SorGalim
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