Mi querida pequeña:
Al final sucedió lo inevitable. Me siento tan ligero, tan trankilo y todo el dolor físico que sentía desapareció no lo siento. Te veo desde aquí, lloras desconosoladamente y siento tu tristeza, no hay nada que te consuele. Pasas noches en vela sin poder dormir pensando en mí, deseando haber hecho más, haberme dado más... pero si me diste todo y lo mejor que he podido tener jamás, me enseñaste a amar y lo hermoso que es vivir. Ahora puedo cuidar de tí a cada momento, soy tu guardián eterno que te cuida desde la oscuridad. He muerto al final pero no estoy triste por que sé que renaceré y renaceré junto a tí para poder estar contigo siempre, poder vivir juntos... poder amarnos una vez más. Espero ansioso ese día desde donde estoy y hasta entonces te cuido y cuido tu felicidad.
He visto todo desde aquí, y te he cuidado a cada paso tuyo. Años han pasado y, han habido otros pero a ninguno has querido como a mí. Siempre me recordaste y recordaste el amor que sentiste por mí, pronto ya estarás aquí junto a mí, pronto me verás y podremos renacer como te dije. Siempre te he amado, te amo y siempre te amaré mi pequeña... nuestro amor paso las fronteras del tiempo y la muerte... te amo demasiado mi pequeña.
Lazaro