Para mi mamá... que pasó por la vida como un ángel disfrazado de persona, y que en su afán por volver al cielo me dejo muchas preguntas sin respuestas, muchos abrazos que no le pude dar, muchos te quiero que no le dije, muchos momentos por vivir. Para mi ángel guardián.. en vida y después de ella.  
 
 
 
 
Como una ráfaga de viento 
escapando hacia el vacío, 
una tarde de marzo 
te fugaste de la vida. 
 
Llegaste al cielo sentada en una nube, 
transitaste jubilosa 
el sendero celestial; 
y al hallarte frente a Dios 
le ofreciste tu alma  
como única verdad. 
 
Como un niño perdido 
te busco en esas noches, tristes noches, 
en las que busco respuestas 
aún sabiendo que ya no estás acá… 
 
Y mi rostro se convierte en cielo lluvioso, 
y las lágrimas comienzan a brotar. 
Porque no te olvido, 
porque siempre estás. 
En los acordes de alguna canción, 
en las mañanas de sol, 
en el sabor de los mates, 
en el cantar de los pájaros; 
	Estás… 
 Por suerte, 
Siempre estás. 
 
Porque el tiempo no borra lo vivido, 
aunque te hayas ido…. 
Siempre estás. 
Porque el tiempo no borra lo vivido, 
te recuerdo siempre… Mamá. 
 
Y aunque estés lejos 
y quizás ya no puedas escucharme 
quiero decirte que te amo 
y que en cada cosa buena que hago estás. 
 
Que vives en mí, a pesar de esta fría distancia 
a pesar de todo lo que nos separa… 
… a pesar de tu muerte… estás. 
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