En un día muy lejano, muchos años adelante en el tiempo, un grupo de hombres discutían sobre un nuevo invento, su magnitud era tan grande que una gran reflexión se llevo a base de él. El invento consistía en un sistema de alteración temporal que podía divisar e interactuar con cualquier suceso ya pasado, la relevancia gigante, y los cimientos de las discusiones, eran dos factores bastantes importantes descubiertos junto con la maquina, el primero, que fue un gran alivio para los científicos encargados del momento, fue la comprobación de que ninguna interferencia realizada en el pasado podía afectar el presente, porque estas, en el presente, ya estaban incluidas, esto proyectó las ideas de observar he incluso explorar los momentos trascendentales de la historia del universo; el segundo descubrimiento, el cual agregaba un grado de peligrosidad al asunto, estaba dado por el alto grado de inestabilidad de la maquina. Las discusiones se orientaban sobre el hecho de intentar por lo menos observar los momentos trascendentales sin interferir (aunque en cierto modo de igual manera significara un grado de interferencia) o esperar a que la maquina fuera lo suficientemente estable, lo cual podría tardar unos cuantos años, para solucionar el problema se llamo a votación, el resultado, aunque reñido, dio el favor al avance del experimento.
El primer intento a gran escala, consistiría en la observación del mayor enigma de la historia, el famoso big-bang, el experimento fue preparado en secreto dentro de una cúpula que impedía el espionaje de la multitud de satélites que rondaban la tierra, la maquina necesitaba una cantidad enorme de combustible, he ahí la gran peligrosidad de lo que se intentaba hacer. El momento clave ya llegaba, eran las 11:59 PM, todo estaba listo, la observación estaba señalada para instantes antes del estallido, para poder analizar con lujo de detalle lo que pasaría, la maquina al ser puesta en funcionamiento hacía un ruido infernal, los medidores estaban estables, en pocos segundos apareció delante de los ojos de todos los espectadores una oscuridad absoluta reflejada en la pantalla de luz solidificada, ahí estaba, el mundo antes de todo, la nada, el sistema de la maquina tenia un sentido unidireccional, solo el pasado podía ser afectado por el futuro y no en sentido contrario, eso daba cierto seguridad a los confiados científicos, pasaron los minutos y en la pantalla nada aparecía, la espera larga adjudicaba el posible calentamiento de los controles internos.
El sobrecalentamiento ya era esperado, la maquina comenzó a lanzar avisos en rojo, el problema era de magnitudes superiores, la energía liberada por la explosión de la maquina podía acabar con el pequeño mundo que la contenía. Cinco minutos después de la primera alerta, las almas impacientes de los inescrupulosos científicos se perdían en el infinito, al otro lado de la pantalla... nacía un nuevo tiempo.