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Inicio / Cuenteros Locales / CalideJacobacci / (RyC) Ramon y Cajal Nro. 11 6to. derecha

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RyC


No corrijo los hechos.
Me encuentro en esa mañana cuando el sol fundó noviembre, luego de una noche tibia de otoño en las islas. Donde una cena se prolongó en contar el espacio de los años anteriores, en las risas de las coincidencias y los lugares donde estábamos cuando habían ocurrido los acontecimientos importantes del mundo, y que hacíamos.

Donde nos mirábamos al juntar la vajilla, descubriéndonos, y luego, buscando la oscuridad, nos seguimos hasta el dormitorio para aumentar las pequeñas caricias y roces que habíamos comenzado como al pasar en la terraza, para besarnos más prolongadamente, ya sin la vestimenta.

Y en esa noche de espejos y sin apuros, y sin sueño, desvelados, con el olor del sexo gobernando, comprobamos el sentido de la posición de los espejos colocados en rectángulos iguales, unos junto a otros, separados ligeramente por una ranura estrechísima, que cubrían toda la habitación.
Desde mi posición, con la cabeza apoyada en la almohada, lograba ver la planta de nuestros pies cruzándose en caricias.
No parecían nuestros.

Creí encontrar entre penumbras un punto en el espacio, al seguir el movimiento de mi mano, - me costó unos minutos lograr la posición -, que aparecía en todos los espejos (un punto en el espacio que contiene todos los puntos), mostrando, ahora si, cada detalle de mis dedos, los nudillos, cada uña, el pulpejo, las líneas de la palma, cada una de las venas que se transparentan azules en el dorso.

Encontramos, asombrados aveces, - saliendo de ensueños pasajeros -, que podíamos vernos de ángulos desde los cuales jamás antes nos habíamos visto, que éramos como extraños, y el tocarnos nos reconocía y definía.
Pero solo así.

Nos descubrimos bellezas y fealdad, nuevos gestos, modos que nos eran familiares pero nunca habíamos tenido en cuenta que fueran nuestros.
Posiciones ridículas para hacer algo, que comenzaríamos a odiar desde ese momento. Imperfecciones que no tendríamos en cuenta a no ser por la imagen reflejada desde un lugar, hasta ahora secreto.

Para lograrlo había que cumplir con el requisito cautivante de la desnudez. La trampa de la oscuridad y los espejos, aparecía luego de despojarse totalmente de la ropa y cerrar un momento los ojos para limpiar imágenes anteriores, inmediatas. Luego sí.

Lo que veían mis ojos (igual que en un Aleph) era simultáneo, coexistente, sincrónico, todo a la vez. Nos veíamos desde todos los puntos del Universo, con solo buscarnos en una combinación de impresiones.

Lo que a duras penas puedo transcribir, sucesivo, cíclico, humano, son imágenes encadenadas por distintos tiempos. El tiempo de las palabras.

Y culmino en la resaca de no encontrarla. Escuchar despedirse desde la puerta muy suavemente, como en un murmullo.
Ella desapareció, su imagen iluminada no se registraría nunca más en mis ojos. Tendría solo la copia de los recuerdos. De esos momentos de mirarnos y hablar, desde cualquier punto dentro de la habitación.

Esa agonía se prolonga y crece al comprobar que en esta mañana, - en la calle plagada de desconocidos -, se habían renovado los diarios antiguos (los de ayer), por los de hoy, con sus nuevas portadas y sus nuevas noticias.
La gente en las mesas de los bares no era la misma.
No eran los mismos los avisos pegados en las carteleras de hierro sobre la acera de la plaza (la placita Militar).

Y este hecho, si lo sufrí, al pensar que todo seguiría cambiando, sin parar, que recién se iniciaba el olvido.
Que este recuerdo se haría antiguo rápidamente. Se haría ilegítimo, ficticio, con la erosión de los días.
Y así ocurrió, no cambio los hechos.

(RyC llamábamos a nuestro refugio en Santa Cruz de Tenerife)

Publicado en el libro "Letras de la Comarca-Antología" Colección de Otoño- Ediciones Del Valle Bajo (Viedma - Provincia de Río Negro - Argentina)
Mayo 2014




Texto agregado el 05-06-2006, y leído por 522 visitantes. (14 votos)


Lectores Opinan
24-05-2008 Muy buena manera de describir ese cambio de visión que nos producen los sentimientos, nada vuelve a ser igual luego de la partida un amor, ni el mundo ni nosotros mismos. augus_y_fran
02-08-2006 Escribes muy bien, me encanta tu prosa, que nostalgia se desprende de tu escrito, casi me duele a mi también. gamalielvega
23-07-2006 Era joven y en unas vacaciones gozaba (No había espejos) de mi amor en un hotel de Santa Cruz de Tenerife. Tu relato me trae aquel recuerdo y me ha hecho sentir el placer de leer un texto incólume y de una belleza literaria magistral. Saludos desde España. Noguera
13-07-2006 escelente prosa cálide es un placer leerte.. ruben sendero
26-06-2006 Un magnífico texto desde todos los ángulos. Felicidades y 5 estrellas. jau
24-06-2006 Bien relatado, mantiene la atención hasta el final, me gustó la forma como tratas la historia de amores trunco. Mis cinco estrellas Medeaazul
14-06-2006 Claro que hay otro Cali aquí. Y otro Cali literariamente mejor (lo que no es poco, ni fácil de decir). Claro que este "RyC" me ha llegado al alma, a los huesos, a las tripas... Claro que son cinco estrellas. vaerjuma
12-06-2006 Espero poder ir a La Patagonia algún día, y a mi vuelta y en cualquier momento poder evocarla con unas líneas aunque sea la mitad de buenas que éstas. Es usted un maestro, Sr Jacobacci. Besos desde dos calles más allá de Ramón y Cajal, y todas las estrellas que no ves desde ahí. entrelineas
10-06-2006 Es un texto espectacular. Las múltiples posibilidades de ver, sentir y apreciar lo que somos, lo que son las cosas y a las personas. Es un texto impecable, que a partir de un hecho tan sencillo da para pensar. (Digo sencillo, entre comillas, porque no es sencillo no querer olvidar la magia que sentimos ante la realidad vista de una nueva perspectiva). Es muy bueno, lo mejor que te he leido. Marina. Felicitaciones. bruja
09-06-2006 Precioso, un relato logrado con madurez y quietud. Coincido con Peinpot y Akeronte, pero también agrego que es un gusto leerte. Un abrazo gigantesco Vicente_Rodriguez
08-06-2006 Me gustó mucho, el texto habla de los recuerdos que son experiencias de vida, modelan nuestro ser y de alguna forma contibuyen a nuestro futuro. Te dejo mis estrellas. ***** fabiangs
08-06-2006 que belleza solo eso un gran escritor. gatelgto
08-06-2006 Chamigo: que buen texto! He notado un cambio en tu estilo narrativo, mejor: en la sintaxis...puedo equivocarme como de aquí al Himalaya. Una pintura cuidadosamente pintada. Creí que te referías a Ramón y Cajal de Sevilla, pero da igual... Aunque "la gente de los bares no era la misma". Mis felicitaciones. 5* Máximo islero
07-06-2006 Melancólico. Veo que eres buen conocedor de literatura (se ve en las referencias intertextuales) Un ritmo cadenciado y bien estructurado en tus escritos. Akeronte
07-06-2006 con tu sello, tordo y rojo. impecable... te felicito. ***** peinpot
07-06-2006 muy bueno. 5* kristopher
07-06-2006 "...son imágenes encadenadas por distintos tiempos." Y en ese mismo tiempo en el que parece que tardan en nacer de nuevo las palabras, va desencadénandose la historia, escapándose por esa fínisima ranura, entre espejos, que cubría la habitación. Espejos rectangulares, casi iguales, casi juntos... Aquí las islas no son un paisaje de mar y tierra, es un archi-piél ago maravillas
07-06-2006 Tu forma de narrar es atrapante, tu manera de describir es a puro pincel, UN LUJO VERDADERO! Este texto, que me parece espectacular, lo encuentro algo distinto a los muchos que te leí anteriormente. Tal vez tenga que ver con cierto aire íntimo, que en otros relatos estaba más velado. El "inicio del olvido" que dibujás, es una cosa de locos... EL DIARIO DEL NUEVO DÍA !!!! siempre fué la manera de reconocer un día nuevo para mi: LA TAPA DEL DIARIO!!! ese tipo de complicidades me hacen querer tanto tus relatos Cali, sentirlos tan cercanos! Un lujo leerte, de verdad!!! UN FENÓMENO CALI!!! UN ABRAZO AVELLANEDENSE! (o sea, sureño) elnegropablo
06-06-2006 Gracias, la union que haces al Aleph muy buena, y mas aún en los espejos de la habitacion, mejor, una excelente relación, y al final, tal como dices, cambian los hechos, la vida avanza,mas los recuerdos permanecen intactos. un abrazo, gracias, mis 5* curiche
05-06-2006 Santa Cruz de Tenerife, aún destila latidos en mí... Yo estuve allí curando mis heridas causadas por un amor resquebrajado y aún recuerdo la isla como una bella estampa, y ahora se transforma en el bello relato que tú me acabas de brindar. Un saludo y***** josef
05-06-2006 Gracias por invitarme a leerte. Me encantó... casi tanto como tu Biografía. Me da gusto haberte encontrado. 5* zepol
 
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