Al Amor:

Hoy vienes una vez más, y llamas a las puertas de mi corazón para darte abrigo,
pero en vez de cerradura, esta vez,
solo
hay una cicatriz.

Luche porti y en tu nombre; cuando ganaba, te acercabas
a miy dejaba que llenaras mi cuerpo con tu magnífica
presencia; cuando perdía, solo podía ver derrotado, como
te alejabas sin voltear la mirada.

En mi última batalla, fue gloriosa la victoria. Estubiste a mi lado
más tiempo que nunca, todo parecía perfecto aunque no lo fuera,
y de un momento a otro, sentí la frialdad de tu ausencia.
Te marchaste de madrugada, y no conforme con abandonarme,
me clavaste un puñal por la espalda directo al corazón.

Puedes irte ahora, pues no puedo dejarte pasar.
Y puedes tener la certeza de que si regresas no podrás entrar.
Pues por tu caprichoso ir y venir, ahora una cicatriz sellará
para siempre las puertas de mi corazón.