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“LONDRES (Reuters) -- Entre 100 y 230 miembros de un culto apocalíptico de Uganda murieron en lo que aparentaría ser un ritual de suicidio masivo el viernes por la tarde, según las autoridades.
A continuación, una lista de algunos de los suicidios masivos registrados en el pasado cuarto de siglo.
• 26 de marzo, 1997 -- La policía encontró los cuerpos de 29 hombres y mujeres en una mansión a las afueras de San Diego. Las víctimas, que pertenecían al culto de la Puerta del Cielo, se suicidaron creyendo que un ovni oculto detrás de una cometa los llevaría al cielo.
• 23 de marzo, 1997 -- La policía de Saint Casimir, en Quebec, Canadá, encontró los cuerpos carbonizados de tres mujeres y dos hombres dentro de una casa que pertenecía a un miembro del Templo del Sol, una secta internacional que sostiene que el suicidio ritual es la vía para renacer en un sitio llamado "Sirius".
• Diciembre 1995 -- Dieciséis miembros del Templo del Sol fueron encontrados quemados en una casa en las afueras de Grenoble, en los Alpes Franceses. Entre los muertos había dos policías franceses.
• Octubre 1994 -- La policía encontró 48 cuerpos quemados de miembros del Templo del Sol, en una granja y tres chalets en Suiza. Al mismo tiempo en Quebec, cinco cuerpos, incluyendo el de un menor de edad, fueron hallados en un pueblo llamado Laurentians, al norte de Montreal.
• Octubre 1993 -- 53 miembros de un remoto pueblo vietnamita, cometieron suicidio masivo con fusiles de chispa y otras armas primitivas, creyendo que irían directamente al cielo. Las autoridades afirman que todos fueron víctimas de una engaño organizado por Ca Van Liem, un hombre ciego que recaudaba grandes donaciones para prometer un pronto camino hacia el paraíso.
• 19 de abril, 1993 -- Al menos 70 miembros del culto Davidiano murieron luego de un incendio y tiroteos con la policía y con agentes federales. Concluyó de esta manera un asedio de 51 días en una sede de la secta cerca de Waco, Texas.
• Diciembre 1991 -- 30 personas, incluido un ministro religioso, murieron sofocadas en México dentro de una iglesia mientras rezaban y el ministro les pedías que ignoraran el gas tóxico.
• 18 de noviembre, 1978 -- Un paranoico pastor estadounidense, el reverendo Jim Jones, condujo a 914 personas a la muerte en Jonestown, Guyana. Muchos de ellos tomaron un jugo frutal que contenía cianuro, y los que se rehusaron a beber el líquido, fueron asesinados a tiros. Jones tenía en su iglesia un signo que decía "Aquellos que olvidan el pasado, están condenados a repetirlo".
Copyright 2000 Reuters Limited. Derechos Reservados.”
Nicolás releía constantemente las notas de Reuters sobre los suicidios masivos. Discrepaba de quienes lo consideraban contranatural; mas bien, era innato al Ser, a su condición humana. Además –se interrogaba- ¿no es la primera causa de muerte en el mundo antes que los conflictos bélicos y los homicidios?.

Tenía sentimientos encontrados con los hombres-bombas en Irak. No es justo –murmuraba de camino al cibercafé- asesinar niños, ancianos, mujeres y hombres cuando estos no tenían ningún deseo de servir antes de tiempo de fertilizante orgánico para los álamos y sauces de su país. Pero esa fe ciega en un paraíso con setenta huríes de ojos negros que prometen un orgasmo de mil años, se percibía apetecible. Además, –concluía-, eso no es autodestrucción, ¡es autodeterminación!, ser un voluntariado de la muerte –desde el punto de vista de la fe- se llama liberación.
Siempre terminaba su solitaria disertación metros antes de llegar al cibercafé. Pedía tiempo de conexión abierto y navegaba a sus anchas en un viaje a la deriva.
Prefería los sitios consagrados a la muerte. Desde el portal de Rotten, hasta los dedicados al día de los muertos en México. Disfrutaba las fotografías de las crónicas policiales: mutiladas, laceradas, castrados, amputados. Se enganchaba al fósforo del monitor cuanto mas roja era la sangre. No podía evitar deleitarse con lo luctuoso.
Nicolás vestía siempre de blanco, desde que leyó un artículo en la red sobre los orígenes del vestirse de negro. Hacia memoria entorno a ello; “En lo funerales se vestían de negro para protegerse del alma del difunto cuyo destino no estaba claro, mientras no resolviera sus cuentas pendientes en la Tierra”. Así que él decidió enfrentarse a los difuntos del mundo para ver si se lo llevaban en cambote, y se trajeó de blanco.
El “santero de la muerte”, fue el apodo dado por lo clientes del cibercafé que lo observaban disfrutar de un suceso cotidiano: La muerte como espectáculo. No pasaría mucho tiempo para que los difuntos que él incitaba, empezaran a abrirle el camino que tanto había clamado. Los difuntos le iban a jugar una mala pasada.
Son esos días en los que crees que no pasará nada, donde lo inerte de una tarde de hastío, señala un final sin ganadores ni perdedores. Pero no fue así, Nicolás minutos antes de sentenciar su desconexión a Internet, había encontrado una web que le llamó la atención: Un blog para suicidarios, -foros, boletines, chat y demás-. Tuvo una sensación extraña: Veía su rostro como calavera reflejado en el monitor, y sentía que ya pertenecía hace tiempo a esa comunidad.
Ojeó el blog de arriba abajo: Técnicas para suicidarse, historias, dudas, reflexiones en relación al dolor, medicamentos, fotografías y lista de suicidarios en espera. Nada mal, –comentaría-, él estimaba que podía aportar sus conocimientos sobre ello.
Se registró en el blog con el nick: esperando_por_ti. Insípido alias sino fuera por que tenía un significado hermético: se enfrentaría al hombre de la guadaña. Fueron días felizmente funestos: Muchas conversaciones sobre quienes se fueron. Reflexiones del porque de los arrepentidos. Reenvió de correos dando apoyo. Fue un arduo trabajo, estaba agotado, pero se consideraba dichoso de haber colaborado.
Los suicidarios, descartaban como originario la moda del suicidio colectivo adolescente en Japón, pues –juzgaban ellos- que tenia que ver con costumbres, características y motivos propios de ese archipiélago, y la idea es ir contra la corriente. Ellos tenían su adalid: el que venció a la vida, para darle vida a la muerte.
Para ellos un italiano fue el primer blogero suicida. Y mantenían su blog en la red. Nicolás lo visitaba cada vez que flaqueaba. Lo contemplaba por largos ratos: Era como entrar al cuarto de un difunto donde el cadáver esta tibio. Una atmósfera cargada de interrogantes te pasma. Sientes el caos desesperantes de las células del finado intentar huir de la muerte. Y el inevitable olor que se desprende con su carga letal de metano. ¿Quién iba a imaginar que podías tocar a un muerto manoseando un ratón o mouse?.
Ahora si. Nicolás estaba listo para enfrentar a la guadaña. Debía ser sobrecogedor para excitar las neuronas de sus compañeros y dar testimonio de su dogma. Había pasado la iniciación: murió para renacer, para volver a morir y darle vida a la muerte. Dejo los detalles de su cercano suicidio en el foro de la comunidad y envió mail a la lista de discusión.
Los detalles de su ida al más allá reventaban las estadísticas del servidor: “Me suicidaré arrojándome al Metro, mientras declamo una oda a la muerte”. Nada original y bastante cursi, pero él pensaba que lo central era la declamación.
En una estación del Metro del este de la ciudad, él esperaba que llegara el tren. Llevaba un papel en sus manos. Era domingo y esa mañana había pocos usuarios del sistema. Nicolás fijaba su mirada en la hoja, como en trance. El tren llegaba y él gritaba y declamaba como loco su Oda y con ello se lanzaba al los rieles del tren.
El veía mucha sangre, ¿veía?. Él en esos segundos donde la muerte lo esperaba con sus gélidos brazos, no pudo lanzarse y la sangre que había visto se tornó barro arrojado desde los rieles. Su poema nunca lo declamó, cayó al piso de la estación, mientras la succión de un tren alejándose se lo llevaba para siempre.
Ahora Nicolás visita el cibecafé todos los días, pide tiempo ilimitado, apaga la pantalla del monitor y pone su vista sobre lo negro y profundo de un monitor muerto. Nicolás no murió, pero está muerto.

Texto agregado el 08-06-2006, y leído por 639 visitantes. (33 votos)


Lectores Opinan
20-07-2007 Muy bueno aunque tétrico. Todos somos suicidas en potencia, lo único que nos detiene, al fin y al cabo, el viejo y clasico temor a la muerte. elbarso
04-05-2007 ohhhhhhhh! yo nunca escribo así,que choro me parece!! principitoenskate
12-04-2007 No sé si me basta con las dos lecturas que le dí. La descripción del personaje podría ser la descripción de cualquier televidente que mira noticieros... jajaja Pero sujetándome al relato, creo que dá para muchos análisis. Hasta puedo concluír que Nicolás tenía algo bueno: valoraba la palabra empeñada. Al no poder cumplir con lo prometido se autocondena a una muerte civil. Un muerto en vida limitado a mirar la pantalla apagada de la pc. quimera_infinita
11-02-2007 El suicido es la respuesta para el que considera al angustia un sentimiento desolador... pero para mi el suicidio es la respuesta para quien lo a sabido valorar lo q tiene y lo que tendrá en un futuro incierto q puede volverse tan horrible bizarro eh incoherente con mágico y alucinante... -----------------> <---------------- Buena narración... me gusto bastante... pasa a leer más de mis trabajos... Ciao! _______________________ _______-XxKittyxX http://Psicosis.Colectiva. http://Busco.mis.pildorodas.o.una.inyección. http://Salvame.amor.el.destrozado.corazón... Angelical_Varjoisa
14-12-2006 Me gusto mucho. Tamita
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