Niño Nuclear

Quizás ha sido el chupetín de plutonio que masticaste toda tu infancia, quien le ha otorgado ese verde nuclear a tu piel. Talvez fueron los pechos radiactivos de tu madre los responsables de esos huesos de cristal; mitad vidrio mitad calcio, que hacen esos sórdidos chirridos en cada una de tus travesuras.
Niño nuclear levanta la cabeza y contempla el sol que se refleja rojo en tu iris y pupila color negro. Hoy respiraras las usuales toxinas que traen la muerte de todos lados y exclamaras – ¡Va ha ser un maravilloso día!-.
Niño nuclear, eres tan afortunado, por los cientos de barriles de desechos nucleares que son lindas casitas para jugar a las escondidas. Esas ojivas sin reventar son un tesoro que vale la pena abrazar, quien sabe si por fortuna revientan algún día y así tendrás un honguito grande y blanquecino que hará un lindo “boom”, moviendo el piso y ordenando las cosas de su corriente desorden.
Niño nuclear ¿aun tienes los 20 dedos afinados para jugar con las bolitas de cristal? Es tan difícil ganarte niño de doble cabeza!! mitad búfalo mitad hombre. Aún así no me enojo si tu forma es tu virtud y bendito sea el holocausto que te creo.
Niño nuclear, promete que me dejaras pasear en tus jardines de uranio y plutonio. Prométeme que mutaras un día más, promete que esta masa de caos que es tu forma no cesara de transformarse. Quizás al fin un día puedas ser un humano, quien sabe si tu cadena inestable de ADN regale vida a este lugar otra vez y mi mami me deje jugar de nuevo contigo.