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El partido final de la Copa del mundo estaba a minutos de comenzar. Aquel había sido un mundial bastante reñido donde podía pasar de todo, de hecho, la elección de Paraguay como sede, en aquel año de 2...12 no fue ninguna rareza. El país se había preparado como era debido. Por eso había construído el primer estadio en el mundo que podía sumergirse en el río, (lo cual ayudada a que el césped está permanentemente bien irrigado), otro estadio donde los arcos cambiaban de lugar, evitando así el gasto de energía innecesario de los jugadores. Un condimento especial se añadía a este mundial: Por primera vez en la historia la FIFA utilizaría unl arbitro-robot-con cerebro positronico, lo cual permitiría calcular exactamente las posiciones adelantadas, los tiros libres y los penales inexistentes (recuerdese que en ese año el organo matriz del fútbol dispuso que si era descubierto un jugador simulando una falta, debería recibir una descarga electrica).
El mundial había sido un éxito y por eso no era de extrañar que los favoritos de siempre superaran fácilmente a los rivales de su serie. Trinidad y Tobago superó sin despeinarse, como ya lo hizo en los ultimos 1..mundiales, a Suecia, Holanda y Francia. Equipos como Angola, Escocia e Islas San Vicente, barrieron literalmente a sus adversarios.
Sin embargo, los grandes favoritos, Islas Canarias y el Equipo de Islas Bermudas llegaron a la final de aquel año.
Islas Canarias logró su pase luego de golear a Brasil en cuartos de final por 14 a 0 en el
primer tiempo, pues luego el equipo brasileño se negó a seguir jugando. Siguió avanzando derrotando a Inglaterra por 13 a 0 (según dijo la federación británica de fútbol, los jugadores de su selección se negarían a participar de cualquier otro mundial pues ese número el 13 traía mala suerte).
Por su parte Las Bermudas logró el pase a la final al vencer a España por 8 a 0, luego a Italia por 21 a 2 (era la primera vez, luego de muchos años, que a Bermudas le encajaban dos goles en un partido).
Por ser país anfitrión, Paraguay no participó de aquel mundial (disposiciones de la FiFA, cuyo presidente Jamaiquino había variado radicalmente las reglas de clasificación luego de que su país logró el campeonato mundial).
El día de la final, desde la seis de la mañana el público comenzó a movilizarse rumbo al estadio que se encontraba a metros del Lago Ypoa. Este escenario deportivo se constituía en el más moderno del país. Una serie de conductos de aire instalados en las gradas permitía que el simple soplo de una brisa elevara a sus aficionados desde sus asientos y lograba suspenderlos en el aire durante cinco minutos, si la velocidad del viento era mayor, mayor era el tiempo de levitación, lo cual contribuía a llevar la pasión del hincha la borde del paroxismo.
El trayecto al estadio fue toda una fiesta. La gente vibraba, se detenía a los costados de la ruta y bailaba y cantaba e improvisaban banderas por uno u otro equipo, sin importar las extrañas nubes que se veían en el horizonte. Es digno de señalar que a los hinchas de ambos países-islas finalistas no se les permitía llevar las banderas de los mismos, por expresa disposición de la FIFA.
Fue a las 16 horas cuando la pelota se puso en movimiento y el partido de la final de la Copa del mundo Paraguay 2...12 empezaba a bajar el telón de ese mundial.
Las acciones se sucedieron entre uno y otro arco sin parar durante los primeros 30 minutos. El delantero de Bermudas, goleador del campeonato con 35 goles, disparaba sin cesar al arco defendido por el arquero de Canarias, el mejor del torneo que había parado 14 penales con una sola mano. Del otro lado, el delantero de Canarias, goleador del mundial pasado con 35 goles, se empeñaba en perforar las redes de su adversario, que resisía el asedio con un pundonor digno de encomio. Fue así que el primer tiempo terminó en un discreto empate de 7 a 7.
Durante el segundo tiempo, el publico rugía alentando a sus equipos. A lo lejos, las nubes se acercaba a gran velocidad.
Fue a los 41 minutos del segundo periodo cuando ocurrió. El cielo gris y destellante de relámpagos, el viento poderoso que mantenía a la gente suspendida y excitada en sus lugares, al borde del éxtasis místico. Fue en ese preciso momento cuando el árbitro sancionó el penal para Islas Canarias, una falta indiscutible que produjo una alegría desbordante, tanto como el tornado que ya hacía volar las banderas preparadas para la fiesta.
Silencio total, el maracador indica 9 a 9, el jugador se dispone a ejecutar la pena máxima. 145.312 personas suspendidas en el aire contienen la respiración, el arquero de Bermudas fija los ojos, el alma y el corazón en la trayectoria del balón, el temporal se desata con furia, el árbitro hace sonar su silbato, el delantero corre...
De entre las nubes, una grieta se abre y un rayo de luz baja desde el cielo, ubicandose sobre la cabeza del delantero, que brilla más y más, hasta desaparecer, desintegrarse, esfumarse.
Luego, el OVNI recorre con su rayo todo el campo de juego haciendo lo mismo con los demás jugadores de Canarias y Bremudas.
Y antes de ser desintegrado, en medio de la lluvia torrencial y el grito infernal del público, el árbitro toma la sabia decisión de suspender el juego por falta de garantías.

Texto agregado el 29-06-2006, y leído por 141 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
27-05-2008 muy bueno! I want belive it! aristofeles
10-10-2007 Creativo, original y lleno de humor!Muy bien! doctora
20-09-2006 ingenioso, pero m recuerda a los mostros de la querra de los mundos tus ovnis. mis 4 * porque hay que arreglar la puntuación un poco. osabebu
04-07-2006 jajajajaja...Muy ingenioso***** gonzoyar
 
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