Allí detrás queda, mi cuerpo dentro del pozo y las incineradas leyes del quantum.
De aquí en adelante, un ser alado me pide permiso para usar el ojo,
¿será digno de tal jurisdicción? ¿acaso coexistirá con la verdadera penumbra?
No te maravilles porque es lo común después una metamorfosis.
Yo estaba maquinando y el águila no volvía, entonces dije olvídate del continente Mu,
de los Lemurianos y los Atlantes durmiendo bajo las civilizaciones que construían
puentes sobre puentes y evoluciones sobre maravillas lineales, parecidas a las columnas del Circo Romano.
Yo estuve en las profundidades del lago y vi a una ciclópea Moira con una lámpara en la mano.
Eso fue en el octavo nivel y seguía descendiendo, la presión y el frió me hacían temblar, los oídos me zumbaban. Vi los cadáveres de los reyes monos, sus doce espacios y los concilios de la fundación del lago donde reposan los tontos que no supieron de los 11 niveles que reposaban bajo sus nichos.