m A n I p U l A c I O n

Yo no manipulo mi creación. Ella se limita a sí misma, saca de mi lo que se le da la gana, se olvida de todo aquello que me hace olvidar, y se resbala cuando mi cerebro se ha inundado de crueldad. Mi creación es independiente, autónoma. Yo simplemente la concibo y la dejo volar. A veces vuelve, a veces no. A veces regresa con un par de reproches, y otras me agradece que la deje vivir. Como todo ser, nace, crece, (en ocasiones) se reproduce, e inevitablemente muere.
Pero, ¿en qué momento muere? Es lo que hoy me he cuestionado sin cesar. Y es que últimamente me he agotado, de funeral en funeral, veo como todo lo que de mi se desprende va llegando a su final. ¿Será que he sembrado la infecundidad, la infertilidad? Tal vez. Pero a mi creación poco y nada le importa eso. Ella sólo busca el placer individual. Juega con los sentimientos ajenos, y de igual manera con los míos. ¡Con los míos!. Y yo, que le he dado todo de mi. Yo, que me he esmerado por hacer que reluzca ante las demás creaciones. Yo, que he tratado de hacerla distinguida, particular, sublime, intelectual. Pero no. Ella se caga en mis esfuerzos, me roba lo único valioso que tengo de verdad, se burla de mí, se aprovecha mi humanidad para despedazarme, hacerme sentir miserable, traer a mi mente lo que no es, lo que no pudo ser. Ya estoy cansada. Después de todo, ¿me pueden decir quién manipula a quién?