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 Las seis y el mundo sigue a las seis
 Los húmeros quebrados de un soldado
 Rendido, dan las seis otra vez.
 
 La soledad perpetua de un viejo melancólico
 Anuncia las seis y un minuto. Sus oraciones
 De fe repiten las seis y un minuto.
 
 El pan de cada día, no dado a un niño mísero
 Afirman las seis y dos, sus sollozos cándidos
 Vuelven a las seis y dos.
 
 La nostalgia de un poeta, traza en el crepúsculo
 Las seis y tres, su incesante anhelo de ser célebre
 Frecuentan las seis y tres
 
 La penuria perdurable de un pueblo
 Margino por busch o por Dios
 Pronuncia con voz pálida, las seis y cuatro,
 Su dolor y sus infantes agasajan las seis y cuatro.
 
 Las seis y cinco, el crespón abrigó a un niño honrado
 Por culpa de un soldado ordinario, el eco de sus gemidos
 Finales, repiten las seis y cinco.
 
 Las seis y seis, le pregunte a Dios.
 ¿Acaso usted sabe que es ser hombre?
 __pregúntele a Jesús, el si debe saber…
 
 Dan las seis y siete, el mundo sigue a las seis y siete
 El tufo fúnebre de alguien, telepatiza conmigo desde
 Una guerra sangrienta, y percibo un nudo maligno en
 Mi garganta.
 
 Las seis y siete, y un segundo, el mundo sigue rotando
 Regreso alas seis y me pregunto:
 ¿Solo yo siento el dolor de otros…?
 
 Es triste a veces ser poeta…
 
 
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