POEMA PLANO

Seis palabras rebosadas de cal
Atraviesan mi pensar
Pensar en nada, pensar que se acaba
Una calandria bañada
Bañada en sal, mar y paz
De lentejuelas y atrocidad
Lentejuelas que vuelan
Tras la derrota tardía del desencanto
Del miedo y el espanto
De quien huye sin amar

Seis piedra de bruma y alba
Desbordan la calma
De una memoria en malva
Que alcanza el atardecer
Alma, palma labradas en renacer
Encontraste la fe perdida
Y soy hombre, hambre y hombro
Donde el llanto se cobija
Dime tú, letra argentina
Por qué a otros he de querer

Seis amores plasmados en el olvido
En lo imposible y absurdo
A todo lo largo y ancho de este mundo
Se mueren de soledad
Bajo el silencio secreto y asesino
Bajo el ángulo mortecino, bajo la piel de metal
Tumbas al ras de la tierra
Que mis deseos renuevan
En pos de la esperanza ausente
Cada vez que tu mirada me hace llorar

Hoy los olores me acompañan
Al encuentro de un encuentro funesto
Inevitable, afable, aterrador
Desesperado en el dolor
En el dolor del que calla
El que ha peleado mil batallas
Con la verdad indigna y amarga
Verdad que a nadie complace
Y a la felicidad deshace
En angustia y vapor

Seis últimas sonrisas falsas
Disfrazadas, marchando en comparsa
Se desfiguran, pululan sin saber
A dónde diablos va el tiempo
Con el estúpido argumento
De intentar retroceder
Arrepentimiento en vano
Transpirar de tus gemidos imposible de acatar
Gocé tu médula inconclusa
Medusa de musas injustas, me dejaste de soñar

Por placer te cedo el jade tormentoso
Plagado de grandeza y alboroto
Que tus manos han de guardar
Me desmiento, me destierro, me aborrezco
Me consumo de una vez por todas en plena libertad