"Elegancia", era la palabra con la que se podía definir la obra del artesano Nestor di Fabricchi, quien vivio durante casi toda su vida en el desteñido barrio de San Telmo, rodeado de calles de adoquines y otoños soleados que mantienen la tempratura en unos humildes catorce grados. No es facil, en la actualidad, encontrar alguna pieza de su colección de marionetas, las cuales son para algunos la obra cúmbre de la habilidad humana sobre la gubia y la madera.
Pero lo que muy pocos conocen es que cada una de las obras que di Fabricchi creo, forman parte de una obra principal. Y que aquél que posea todas la marionetas, sería capaz de ralizar la maxima interpretación de la guiñolería moderna.
Lo que no se sabe hasta la fecha es la cantidad de marionetas que di Fabricchi construyó, ni si fue capaz de terminar, en su corta vida, las marionetas necesarias para la exposición del libreto que él habría escrito para la obra. Aunque muchos dicen que en realidad, este libreto no fue escrito por él y es por eso que la cantidad de marionetas necesaria para el mismo es tan extensa. Esto llevo a di Fabricchi a generar estas marionetas a un ritmo inhumano que causó su muerte. La leyenda cuenta que el autor/a del libreto se sintió tan culpable por el hecho que se convirtió en un títere muy parecido a los que di Fabricchi hacia, y forma parte ahora de la lista de guiñoles presta a actuar en la obra.