TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / don_juan / Don Jacinto

[C:23356]

...De tanto preguntar el camino
A los sabios que pasaban
Me quedé sin llegar
Mientras tantos imbéciles llegaban.

Amado Nervo


DON JACINTO

Todas las mañanas, don Jacinto, un señor ya viejo, apenas se levantaba se dirigía hacia una de las calles que se encuentran a la vuelta de su casa; allí, sobre la acera, se inclinaba haciendo a un lado la maleza buscando algo.
La gente que pasaba en sus vehículos le miraban, al principio con extrañeza, pero con el paso del tiempo se fueron acostumbrando a verlo muy temprano en el mismo lugar de siempre, inclinado, buscando afanosamente. Algunas personas incluso lo saludaban, unos con buena fe, otros en tono sarcástico.
Cierta ocasión, un joven que pasaba por ese lugar para ir a su escuela, le ganó la curiosidad y se le acercó, le preguntó qué era lo que buscaba. Don Jacinto le respondió lacónicamente, como una persona muy ocupada, que trataba de encontrar su futuro.
–¿Se le perdió su futuro? –inquiría el muchacho.
Don Jacinto no respondía, continuaba hurgando entre la maleza.
Así pasaron varios años, el motivo de su búsqueda ya era del conocimiento de la gente.
Hasta que una mañana lluviosa, un auto, al tratar de frenar, derrapó sobre el asfalto y fue a dar directamente sobre el viejo. Don Jacinto quedó tendido sobre la acera, apenas y podía moverse.
Minutos después una ambulancia llegó y lo trasladó hasta el hospital más cercano; una vez atendido, reposaba sobre la cama. El médico que lo atendió se le acercó y le preguntó cómo se sentía.
–Estoy bien, debo regresar a la acera, déjeme ir.
–No, señor, usted todavía no se encuentra bien. Su situación es cosa grave.
Le explicó que era necesario realizarle una operación sumamente delicada para su edad, a fin de detenerle una hemorragia interna. El viejo quedó pálido con la noticia, nunca antes había sido operado.
–¿Tiene familiares a los que le quiera avisar? –preguntó el doctor.
Pero don Jacinto no contestó.
–Si todo sale bien, una vez que se le opere podrá ir a donde quiera, podrá seguir con su vida normal. ¿A qué se dedica usted?
El viejo bajó la mirada y se quedó pensativo, unas pequeñas gotas de lagrimas comenzaron a brotar de sus lánguidos ojos. Con manos temblorosas alcanzó las del doctor y le dijo:
–He desperdiciado los últimos años de mi vida buscando mi futuro, desde aquella noche en la que soñé que lo encontraría en esa acera, ahora creo que ya no será necesario buscar más, ya lo encontré... le pido que me lo cuide, mi futuro está en sus manos.

Texto agregado el 19-01-2004, y leído por 490 visitantes. (0 votos)


Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]