Pareciera que mis manos aprendieron a amarte; fue hace tanto que las presente con tu rostro. Recuerdo la primera vez que se atrevieron a acariciarte, eran tímidas aunque algo coquetas. Nunca voy a olvidar todo lo que fueron descubriendo, se encariñaron tanto con tu cuerpo que cuando nos separamos como me reclamaron, me preguntaban por tu espalda, por tu rostro, inclusive una vez me preguntaron por tus piernas...que bárbaras, al poco tiempo ya eran unas atrevidas, ya ni pedían permiso para pasear por tu cuerpo. Les gustabas mucho, sentían mucha confianza contigo, y siempre se sintieron bienvenidas.
Afortunadamente comprendieron cuando les explique nuestra separación, se han vuelto muy tímidas y quietas, pero yo espero que con el tiempo se vuelvan a sentir seguras y bienvenidas.
Ellas insistieron en escribirte, estaban nostálgicas y se los permití, mandan saludos y caricias!!