Había pasado tanto tiempo,
que no me daba cuenta
que aún tenía lágrimas escondidas
en mi pecho.

Habían pasado tantas noches oscuras,
que no supe, en qué momento,
tú mano ya no estaba en mi almohada.

He tenido tanto dolores distintos,
que el tuyo quedó enredado,
en algún árbol del solitario camino
ya tantas veces andado.

Y a pesar del tiempo transcurrido,
creyendo que el dolor lo borra el olvido,
hoy siento, que aún tengo el corazón herido.

Debe ser, porque hoy, por fin he aceptado,
lo que el viento ya había anunciado,
que en realidad, hace tiempo...que no estas conmigo.