Acid termino de escribir, y cuando se dispuso a leer las letras se le hicieron esquivas y cada vez más borrosas hasta transformarse en una enorme y abstracta oscuridad, su esfuerzo era cada vez mayor y los resultados peores.
Acid paso a un estado en cual solo sentía y escuchaba, pero permanecía inmóvil, solo podía percibir vagas sensaciones y un golpe constante contra la madera se repetía,
Abrió los ojos, se encontraba en un cuarto pequeño, bañado en su propio sudor, tan solo iluminado por una vela de movimientos inquietos.
-Has dormido demasiado baja ya-, Acid no respondió mientras escuchaba como los pasos de su querida se alejaban de su puerta, la voz de su amada había cambiado, ya no poseia esa suavidad, esa dulzura y esa ternura que lo había cautivado.
Acid supo que algo estaba mal y decidió que sin importar lo que le dijera, ese seria su último día ahí, hoy se marcharía de Lerinon.