| ¿Vienes nuevamente?, ¿Quién lo diría?,
 me desprendí de ti y arroje tus cimientos
 aquella tarde de noviembre;
 luego edifique mi casa,
 limpié mi escondite y
 sacudí mis sentidos.
 
 Creí haberme librado de ti,
 pensé que no vendrías nuevamente.
 
 Pase gran tiempo ocultándome aquí
 negándome a salir, para no tropezar
 por error con alguno de tus hilos.
 
 Pero ahora,
 regresas vestido de nobleza y ternura,
 bañado en ese suave y fresco aroma,
 con tacto firme pero cálido,
 empadronas, esos sutiles gestos,
 que me llenan de confianza y esperanza.
 
 Has vuelto y con tu regreso, me has hecho
 añorar tantas cosas que para mi carecían de sentido.
 
 Regresas y me haces aborrecer mi soledad,
 que me resultaba tan cómoda últimamente,
 Nunca estimé necesitarte …
 
 Hoy, deseo tanto que seas real,
 anhelo sentirte plenamente,
 embriagar mi ser de tu esencia
 y despojarme en ti.
 
 ... deseo vivirte infinitamente ...
 -aún cuando no llegues a ser eterno.-
 
 
 |